Sólo conozco milagros, ya sea que camine por las calles...
o mire hacia el cielo por encima de los techos,
o camine por la playa al borde del mar,
o permanezca de pie debajo de los árboles del bosque...
U observe a las abejas volando en torno de la colmena en el
verano,
o a los animales que pastan en las praderas,
o a las aves
o a los maravillosos insectos que vuelan por el aire,
o la maravilla del atardecer,
o de las estrellas que brillan en la noche, mudas y
resplandecientes,
o la exquisita curva delicada de la luna nueva en primavera.
Estos y los demás, todos, son milagros para mí.
Todo está vinculado y, sin embargo, cada cosa es diferente y
ocupa su propio lugar.
Para mí, cada hora de luz y oscuridad es un milagro,
cada centímetro cúbico de espacio es un milagro,
cada metro cuadrado de la superficie de la tierra contiene lo
mismo;
cada fragmento de su interior bulle con lo mismo.
Para mí el mar es un milagro contínuo, los peces que nadan,
las rocas, el movimiento de las olas, los barcos y sus
navegantes.
¿Es que existen milagros más extraños?
Walt Whitman