Es relativamente frecuente encontrarnos con personas instaladas
en la amargura, en la tristeza, el pesimismo y el desinterés.

Todos conocemos a personas empeñadas en encontrar el lado negativo
de todo lo que pasa a su alrededor: son los pesimistas tenaces.
Cualquiera de nosotros tiene motivos, casi cada día,
para preocuparse o entristecerse, pero estropearse la vida
a propósito es una habilidad que se aprende,
no es suficiente con sufrir experiencias negativas.
No te preocupes en la vida; entre menos te amargues, podrás vivirla mejor.
Así vive tu vida.