Predecir la tormenta solar con suficiente antelación, reto de la astrofísica
La última tormenta solar no parece que vaya a tener unas consecuencias "especialmente llamativas" para la Tierra, según el físico José Carlos del Toro, quien ha subrayado que el reto está en predecir este tipo de fenómenos con antelación para aumentar así la capacidad de protección terrestre.
Madrid, 24 ene.- La última tormenta solar no parece que vaya a tener unas consecuencias "especialmente llamativas" para la Tierra, según el físico José Carlos del Toro, quien ha subrayado que el reto está en predecir este tipo de fenómenos con antelación para aumentar así la capacidad de protección terrestre.
Así lo ha indicado a Efe este físico solar del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), quien ha explicado que se trata de un fenómeno normal en la superficie solar y altamente energético.
Una tormenta solar se produce cuando se transforman, en la superficie del Sol, la energía magnética en cinética (relativo al movimiento), lo que provoca una eyección de partículas a muy alta velocidad que salen despedidas y eventualmente pueden llegar a la superficie de la Tierra.
En la actualidad existen instrumentos para observar y monitorizar el Sol las 24 horas, lo que permite predecir las consecuencias de este tipo de fenómenos con dos o tres días, antes de su eventual llegada a la Tierra.
Y esto es así porque desde que se produce una tormenta solar, las partículas tardan ese tiempo en viajar hasta la Tierra (la última erupción solar fue observada el domingo a las 16:00 horas GMT y ha llegado hoy a la Tierra a las 15:00 horas).
Sin embargo, el reto de los astrofísicos, según Del Toro, es ahondar en el conocimiento del astro que rige nuestro sistema y predecir con antelación de días o semanas estos fenómenos, lo que aumentaría la capacidad de protección terrestre.
Este investigador ha aclarado, no obstante, que aún se está lejos de este conocimiento.
Las consecuencias de una tormenta solar son varias y dependen de su intensidad (según las autoridades estadounidenses ésta se trata de la temporada más intensa desde septiembre de 2005).
La Tierra posee un "escudo natural", el campo magnético o magnetosfera, para protegerse y, aunque es débil, es suficiente para desviar las partículas altamente energéticas -éstas pueden alcanzar la mitad de la velocidad de la luz- hacia los polos porque están cargadas eléctricamente, según Del Toro.
Esta desviación a los polos es lo que provoca las auroras boreales y otros fenómenos atmosféricos.
Cuando las partículas son altamente energéticas, en ocasiones son capaces de vencer el escudo natural y penetrar en la ionosfera (capas por encima de los 80 kilómetros), que ve alterado su equilibrio físico-químico, perturbaciones que pueden producir una serie de consecuencias que pueden ser dañinas para las comunicaciones.
Además, es posible que esas partículas impacten en los satélites artificiales que orbitan en el espacio, lo que se conocerá en los próximos días, según Del Toro, quien ha manifestado que de haber dañado a alguno importante ya se hubiera notado.
Un fenómeno de este tipo puede también producir perturbaciones en las comunicaciones de los vuelos transoceánicos, ya que éstos para ir por ejemplo de Madrid a Nueva York se acercan a los polos.
La última tormenta, cuyas mayores efectos se podrían haber sentido en todo caso hoy, "no tiene por qué tener consecuencias extraordinarias o especialmente llamativas", según este físico.
"Aunque se está poniendo de moda hablar de estas tormentas solares, no hay que incurrir en el amarillismo", ha aclarado.
(Agencia EFE)
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