“Si acusan a nuestros nietos de ser ‘perroflautas’, nosotros somos los ‘yayoflautas’”. Con esta premisa, decenas de jubilados catalanes que se conocieron en las asambleas del 15-M se han organizado para realizar acciones sorpresa contra los responsables de su indignación. Hace unos días tomaron una oficina bancaria y la sede de la agencia de ‘rating’ Fitch en Barcelona. Sus colegas de Hospitalet han ‘okupado’ un ambulatorio cerrado en el barrio de Bellvitge
Todos lucharon contra el franquismo y ahora lo hacen contra lo que denominan “la dictadura de los mercados”. Son los iaioflautas (yayoflautas en castellano), un cada vez más numeroso grupo de jubilados catalanes indignados con el sistema. Se conocieron en las asambleas del 15-M y allí empezaron a urdir su nombre de guerra en respuesta a las críticas que recibían sus nietos acampados: “Si ellos son ‘perroflautas’, nosotros somos ‘iaioflautas’”, se dijeron, y empezaron a organizarse. El pasado 15 de noviembre celebraron una especie de asamblea constituyente. Ya cuentan con página web, y se les puede seguir por Facebook y Twitter, si bien muchos de ellos apenas tienen conocimientos de informática.
Presumen de haber ido más allá que sus nietos y de haber pasado directamente a la acción, con medidas tales como tomar durante varias horas la sede central del Banco Santander en Barcelona o las cercanas oficinas de la agencia de calificación Fitch. Además, desde el 28 de octubre mantienen okupado el centro de atención primaria (CAP) de Rambla de la Marina, en el barrio de Bellvitge (Hospitalet de Llobregat), cerrado como consecuencia de los recortes llevados a cabo por la Consejería de Sanidad catalana. “No vamos a consentir que la Generalitat acabe con el Estado de bienestar por el que llevamos luchando toda la vida”, dice Lino, al que prejubilaron con 60 años en la fábrica de acrílicos en la que trabajaba y que ahora pasa las noches tumbado en una colchoneta, como otros 25 abuelos, en la sala de espera del ambulatorio de su barrio. “En Bellvitge somos 35.000 vecinos, y nos han dejado con un solo centro de salud. Me han dado una cita con mi médico para dentro de dos semanas. Y el urólogo no me va a ver hasta dentro de trece meses”, se queja.
Todo empezó por la Sanidad. Los jubilados veían cómo los recortes iban a más en los ambulatorios de Barcelona y su área metropolitana y decidieron organizarse para hacer frente a los que ellos llaman “los responsables de la crisis”. Con nombres y apellidos. “Botín se ha jactado de haber tenido beneficios con todo lo que está cayendo. Por eso decidimos tomar la sede del Santander. Y en secreto, para que no se enterase la policía. Llamábamos a los compañeros por teléfono y les decíamos: «Guárdate tal día a tal hora». Y así lo hicimos”. Lo cuenta Celestino Sánchez, prejubilado de 61 años, sindicalista de Comisiones Obreras y uno de los coordinadores de los autodenominados iaioflautas. La siguiente acción de los jubilados fue tomar las oficinas de la agencia de calificación Fitch. “No pasamos de recepción, pero estuvo bien. Sirvió para que sepan que vamos en serio”, añade Celestino. Ahora están pensando en hacer algo a favor de la enseñanza pública, pero no dan más datos.
Reportaje completo en la revista interviú.