Hoy todas las guitarras están de luto La mía, que tendría que haberse puesto a repasar zambas sólo puede pensar en la tuya, tal vez porque el barro tal vez porque este balcón donde te vi casi por última vez mira una nube de la forma y el color de esas eléctricas con las que soñábamos de chicos Este balcón que se quedó esperando una charla unas palabras o un abrazo más que yá no llegará Luto también en las palabras habituadas como estaban a que les pusieras cascabeles guirnaldas asonantes o ruedas de tren apocalíptico caleidoscópicos ojos de fertil papel de tu prolífica pluma que suma y resta sílabas del metro patrón de las esferas apenas solas a solas penas Adiós que sea A-Dios a sus brazos a ese rincón de magia que seguramente Él guardará para los que se animan a jugar con los bloques con los que ha construido el mundo haciendo pequeños nuevos mundos de cuatro minutos donde el corazón se muestra y baila desafiando al vacio Adiós Mientras me duele el pecho te imagino en viaje por inmensidades más vastas que las del Capitán pero a diferencia de él sé que tendrás todos los tangos silbados al oído y nunca faltará un mate ni perfume a malvones En todos nosotros se queda un pedacito tuyo serás inspiración multiplicada por millares a lo largo de los años y lo ancho de las geografías Cambiaste nuestras vidas abriendole camino a la imaginación cantándole salvaje o dulcemente a los misterios que nos habitan al misterio que somos Adiós No me resigno a tener que decirlo Adiós mensajero del infinito