En la información web sobre el proyecto El Quimbo, la empresa EMGESA dice
comprometerse «social y culturalmente con la comunidad» y adaptar sus
«estrategias empresariales a la preservación del medio ambiente». Nada más lejos
de la realidad. Para el proyecto hidroeléctrico se han sustraído 7500 hectáreas
de la Reserva Forestal de la Amazonía.
Y desde el 6 de marzo, esta filial de las multinacionales española ENDESA
e italiana ENEL le propinará una puñalada adicional al corazón de la amazonía
colombiana. Ese día está programado comenzar el desvío del cauce del río
grande de La Magdalena. Arteria que recorre gran parte de Colombia, sirve al
transporte fluvial de personas y mercancías y garantizando la fertilidad de los
ricos valles que lo circundan en un serpenteante camino de 1.500 kilómetros.
Todo el territorio tiene gran riqueza arqueológica, cultural social e histórica.
“La unión de muchas personas puede parar este proyecto”, dice el professor
Miller Dussan, allegado a la asociación de afectados por el proyecto.
Con el megaproyecto hidroeléctrico, ninguna ganancia es para los
pobladores de la región. Ni para el pueblo español o el italiano, que se debaten
en la más profunda crisis que será costeada por el pueblo. Mientras, las
multinacionales europeas tienen permitido salir al exterior a continuar
saqueando territorios ajenos sin ningún tipo de control, destruyendo el medio
ambiente y despojando a la población local. La inminente ratificación del
Tratado de Libre Comercio con Colombia sólo exacerbará este tipo de situaciones.
La multinacional ítalo-española hace una inversión de 700 millones de
dólares. El Gobierno colombiano ha dado a la multinacional facultades
extraordinarias moverse libremente, hacer y deshacer. El balance:
desplazamiento y pérdidas de empleos. Riquezas, sólo para los dueños de la
multinacional (372,7 millones de dólares en 2011), para un sector de la
oligarquía colombiana y para funcionarios que entregaron licencias ambientales
cargadas de irregularidad y fechoría.
Las obras se iniciaron desde 2009 y terminarían en 2013 ó 2014, con “energía
firme” hasta el año 2034. Quiere decir que hasta esa fecha la hidroeléctrica
funcionará a su máxima capacidad. El Quimbo tendrá una extensión de 5 kms, un
área de embalse de 8.586 hectáreas, con una altura de 151 metros y 400
megavatios de capacidad instalada.
Inundará 6 municipios al sur del departamento del Huila entre el
Macizo Colombiano y la desembocadura del río Páez en el Magdalena. Y el peñón
sobre el Río Magdalena abajo del municipio de La Jagua, el puente sobre la
quebrada Yaguilga, la iglesia, las labranzas de cacao, la historia de la reforma
agraria y una de las zonas mas productivas de la región. En el área que se
quiere inundar viven aproximadamente 500 familias, más de 1.500 huilenses,
grandes y pequeños productores agropecuarios, jornaleros, pesqueros, entre
otros. Serán desplazados de sus viviendas, parcelas, lugares de trabajo,
tradiciones culturales, lugares de encuentro y de tierras.
Con el fin de proteger el proyecto hidroeléctrico, en el lugar se encuentra
el Batallón Energético no.12 "Jose Maria Tello". Conformado por 1.200
soldados, se creó en 2009 con un elevado presupuesto aportado por el Estado
colombiano y ¡la empresa Emgesa!.
¿Qué puedes hacer tú?
Asoquimbo, asociación de afectados por la construcción de la hidroeléctrica
El Quimbo convoca a ciudadanos, organizaciones Sociales y de Derechos Humanos a
participar en las movilizaciones por la Defensa del Territorio. Habrá diferentes
movilizaciones entre el 28 de febrero 2012 y el 6 de marzo. Ver aquí.
Si quiere unirse a las protestas internacionales contra la destrucción de la
naturaleza, el desvío del río Magdalena, la construcción de la hidroeléctrica y
el desalojo de campesinos, puede firmar una carta de protesta desde la web de
Salva la Selva. Ver
aquí.
Fuente: http://otramerica.com/radar/multinacionales-europeas-destruyendo-los-andes-y-la-amazonia-colombiana/1587