La Madre Naturaleza comienza a tener sus derechos reconocidos
en los tribunales
Ecuador y Bolivia concedieron derechos legales al medio ambiente
en los últimos años. ¿Pero cuáles son estos derechos y cómo pueden ser
asegurados?
"Las leyes que protegen los derechos de la naturaleza reconocen los derechos de los ecosistemas
naturales y de las comunidades de existir, prosperar, florecer, regenerarse y
evolucionar”, explicó a Discovery Noticias Mari Margill, directora asociada del
Community Environmental Legal Defense Fund (CELDF), que ayudó a Ecuador a situar los derechos de la naturaleza en un marco legal.
"Las leyes sobre los derechos de la naturaleza pasan a dejar de considerarla como
“propiedad” para reconocerla como “portadora de derechos” legalmente
reconocidos, afirma Margill.
Sin embargo, las leyes no dejan de ser tinta sobre papel si no
son cumplidas. Un proceso emprendido en Ecuador demostró que estas leyes
amistosas con el planeta tienen arduos
defensores y que no se trata únicamente de una legislación idealista.
El Articulo 71 de la Constitución de Ecuador reconoce los
derechos del medioambiente en el 2008. Y la primera acción legal que puso a
prueba la fuerza de dichos derechos comenzó el 30 de marzo de 2011. Dos
querellantes presentaron una demanda para suspender el proyecto de construcción
de una carretera que depositaba piedras, troncos de árboles y otros restos en el río Vilcabamba. Los
querellantes defendieron el ecosistema en un tribunal prácticamente de la misma
manera que un tutor legal defendería el bienestar de un niño. La corte legal de
la provincia falló a favor del medioambiente, apoyando la causa de la
demanda.
"Aunque apenas se están comenzando a cumplir, estas leyes son
importantes por desempeñar un papel significativo en la concienciación sobre los
derechos y las necesidades de la naturaleza”, declaró a Discovery Noticias Linda Sheehan, directora-ejecutiva de
Earth Law Center.
Pero asegurar los derechos de la Madre Naturaleza en un tribunal no es un privilegio del
Hemisferio Sur.
"Varios municipios de los Estados Unidos adoptaron leyes de los
derechos de la naturaleza, entre ellos
la ciudad de Pittsburgh, concretamente en noviembre de 2010. La CELDF ayudó a la
ciudad a esbozar el decreto, que también es el primero del país que prohíbe a
las empresas realizar perforaciones para las exploraciones de gas natural en el
municipio”, añadió Margill.
Linda Sheehan trabajó recientemente con la prefectura de Santa
Mónica, California, para crear la “Ley de Derechos de la Sustentabilidad”, que
también reconoce los derechos de la naturaleza.
El sistema legal americano viene contemplando la legitimidad de
un marco legal en defensa del medio ambiente hace al menos 40 años. La opinión
discordante del juez William Douglas en un caso juzgado en la Corte Suprema
Americana en 1972, Sierra Club versus Morton, abrió el camino hacia la reflexión sobre los derechos legales de la
Tierra, a pesar de que el Sierra Club
perdió el caso.
Si garantizar derechos legales a una cosa tan vaga como la
naturaleza parece extraño, piense en los derechos legales concedidos a
otra entidad intangible, la corporación, ejemplificados en la decisión de la
Corte Suprema de los Estados Unidos en el caso Citizens United.
El profesor de Derecho de la Universidad del
Sur de California, Christopher Stone, creó una analogía
entre los derechos corporativos y los derechos ambientales en la edición de 2011
de su libro "Should Trees Have Standing". El juez Douglas, por su parte, basó su
decisión divergente, proferida en 1972, en la primera edición del libro de
Stone.
"Los derechos de la naturaleza son más derechos humanos que
“derechos” de las corporaciones, que son entidades legales artificiales que
sostienen unos derechos creados por las cortes”, afirmó Sheehan.
"Los derechos de los hombres y de la naturaleza tienen el mismo origen – la herencia
compartida a través de nuestra evolución conjunta y la ciudadanía de la
Tierra”, añadió Sheehan. "Pero los
“derechos” corporativos, infelizmente, pasaron tanto por encima de los derechos
humanos como de los ambientales, sobre
todo después del caso Citizens United, y cada vez más abogan por el derecho de
auto-gobernanza”.
Frente al poder corporativo, los defensores de los derechos
ambientales presionan a los gobiernos en busca de cambios fundamentales en las
estructuras legales, con el objetivo de situar a la salud del planeta y a la de sus habitantes por encima de las
actividades lucrativas.
"Las leyes ambientales existentes (la Ley del Agua Limpia y la
Ley del Aire Limpio) tratan a la naturaleza como una propiedad en la que el propietario tiene el derecho de
destruirla por ser precisamente de su propiedad”, explica Margil. "De manera
semejante, la ley reconocía a los esclavos como propiedad y el “dueño” de éstos
tenía el derecho de destruir dicha “propiedad”.
"Las estructuras legales existentes no nos permitirán alcanzar
la verdadera sustentabilidad. En su lugar, tenemos que crear una estructura
legal enteramente nueva”, concluyó Margil.
Nati