LA MEDITACIÓN
Cuando la luz se enciende en mis adentros
y relumbra, radiante, el corazón
y éste crece y aclara mi cerebro
y torna transparente la razón,
¡Qué fáciles y lógicos y simples
aparecen a mi vista interior
los problemas más arduos de la vida
que, vistos desde allí, ya no lo son!
¿Qué fuerza o qué energía o qué motivo
logra encender la luz que tanto alumbra?
¿Qué prodigioso ser está conmigo
que convierte en brillante la penumbra?
¿Qué es lo que logra que lo incomprensible
claro y sencillo y diáfano se haga?
¿Y quién soy yo? ¿El brillo o las tinieblas?
¿El que enciende la luz o el que la apaga?
Francisco-Manuel Nácher López