Tu felicidad depende principal y fundamentalmente de ti.
Los demás, las cosas..., ayudan u obstaculizan tu felicidad. Pero sólo en la medida en que tú eres menos tú mismo.
Cuando más tú seas tú mismo, tu felicidad dependerá más de ti y menos de los demás, los acontecimientos y las cosas.
Recuérdalo ahora y siempre: Aún puedes ser feliz a pesar de todo, de todos y hasta de ti mismo. Porque tiene remedio. Tú también.
Tú puedes hacer el cambio.
Cambio de pensamiento.
Cambio de actitudes y de vida.
Cambio del sentido de tu vida.
Aún puedes ser feliz.
Aunque tu vida no cambie de repente radicalmente puedes mejorar hoy.
Mañana podrás más.
Cada día sale el sol y la vida sigue.
Y cada día tú puedes hacer algo más que ayer. Proponte cada día una cosa sencilla.
Cada día una cosa distinta.
Sé paciente contigo mismo.
Nada está perdido.
A/D