Orar con el padre nuestro
Padre, al que no podemos llamar nuestro
porque hay muchos hombres
y mujeres excluidos del nosotros.
Que estás precisamente allí donde nos da miedo mirar
porque abunda la miseria.
Santificado sea tu nombre, eco fiel
del grito de los "sin voz" que nadie escucha.
Venga a nosotros tu amor
para rompa nuestro corazón de piedra,
tu justicia para que no soportemos
diferencias ni explotaciones,
tu vida para que no se la neguemos a nadie
y así seamos manos que construyen tu reino.
Hágase tu voluntad
de que todos los seres se realicen
y encuentren su sentido.
El pan dánoslo
y quítanos todo lo superfluo
para que ningún hombre pase hambre.
Perdónanos nuestras insolidaridades
y nuestro individualismo,
nuestras riquezas, nuestras distancias,
nuestras actitudes marginadas.
Así como nosotros intentamos arrancarlas de nuestro ser
y denunciárselas a los ricos, a los pobres,
a los explotadores, a los violentos.
Y líbranos de la indiferencia. Amén.