La emoción se reconoce... En una mirada brillante, con una lágrima a punto de caer...
En el calor de unas manos, que te aprietan con fuerza para contener el llanto. No se puede esconder la emoción cuando se apodera de tu alma No se puede ser indiferente cuando la inquietud aterroriza.
La distancia, la muerte, la vida, la esperanza son la catarsis de la emoción .
Si expresamos nuestras emociones, es fácil que lastimemos a otros. Si las reprimimos, nos arriesgamos a lastimarnos a nosotros mismos.
Con la emoción somos capaces de ver más allá con esa capacidad de asombro digna de la magia que nos da la vida con toda su grandeza.