La activista prodemocrática Aung San Suu Kyi es un icono en Birmania, pero su situación está lejos de ser la de la mayoría de las mujeres de este país de tradición budista y gobernado por un régimen militar desde hace varias décadas.
"Las periodistas, por ejemplo, no pueden tomar fotografías ni filmar vídeos del público pues no se les permite tener una posición privilegiada porque, como mujeres, no pueden estar por encima de los hombres ni de los monjes budistas", explica la escritora y activista Mon Mon Myat.