Nuestro barco
Marea alta, marea baja y allí nosotros
en este canal en donde todo es nuevo
desde cada alegría como así también
cada dolor. Por más que navegamos
todos los días, cuántas veces
no sabemos ni para dónde vamos,
ni siquiera si podemos o si estamos
con nuestra barca en el camino correcto.
Pero hay algo
que debemos grabar en nosotros
y que nos será de ayuda siempre:
¿Qué estamos haciendo aquí y ahora?
Nuestro destino no es casualidad,
ni tampoco nos toca en suerte
porque alguien o algo así lo decidió.
Nuestro destino puede ser diferente
y hasta puede llegar a ser maravilloso,
pero depende de nosotros.
Si resulta que navegando y navegando,
solo estamos en la plataforma
esperando que nuestro barco
llegue a destino y no hacemos nada,
tal vez seamos testigos presenciales
de un naufragio: el nuestro.
En cambio si estamos allí
pero decididos nuestras manos
no temblaran al tomar el timón,
y contra viento y marea nuestro barco
hará frente a todo lo que se cruce
en el camino y sabremos detenernos
solo cuando necesitemos observar
qué alternativa es mejor para nosotros,
si seguir por ese río o tomar uno de sus
brazos que puede aparentar
no ser tan imponente pero que
quizás encierra encantos
que desconocemos.
Todos los obstáculos que se nos presentan
en este viaje están ahí para
ayudarnos a crecer, a ser mejores
y está en cada uno de nosotros detenernos
para siempre y dejar nuestro barco
a la deriva o tomar fuerte el timón de
nuestro barco, de nuestra vida y avanzar.
Autora: Graciela De Filippis
Coparte Flor Miriam