Vengarse...
Vengarse... Y sí... Pensamos en vengarnos
cuando algo nos lastima, nos duele,
nos quiebra.... Cuando algo es inmerecido,
cuando otro disparó contra nosotros sin aviso
y nos encontró desarmados y sentimos
que con su disparo muchas cosas
de nosotros nos fueron mutiladas,
destruidas sin razón...
La mente nos lleva sin darnos cuenta
por los caminos de la venganza.
Entonces sólo pensamos en qué hacerle
al otro para que sienta el mismo dolor,
para que sus heridas sangren tanto
o más que las nuestras...
Se nos cruzan imágenes distorsionadas,
y en ellas nos vemos ejecutando lo peor...
y ese film es tan vivencial
que sin darnos cuenta
motivamos por el dolor y el resentimiento
nos convertimos en sus protagonistas
principales y la cabeza "no para",
no podemos descansar, no podemos vivir en paz,
y el recuerdo de esa persona que nos dañó
nos motiva más y más...
Y así pasan los días, y así pasa la vida
y nosotros solo estamos optando
por dejar correr los peores sentimientos,
los más bajos y nos estamos intoxicando
y hasta autoeliminando por no saber dejar ir...
por no soltar... por no perdonar.
Nuestra vida ya no es la misma, la prosperidad,
como la salud, parecen arruinarse en ese proceso,
en esa furia, con esos pensamientos terribles,
por esa futura venganza. Y sin darnos cuenta
estamos copiando a quien nos lastimó,
nos hirió, e hizo con nosotros lo que nunca
tal vez nosotros haríamos...
¿Y si perdonamos?
¿Y si limpiamos nuestro interior?
Sé que no es fácil pero en esos pensamientos,
en esas ideas, en ese decir
"ojo por ojo, diente por diente"
sólo estamos decreciendo y poco a poco
somos iguales y con el tiempo pasamos a ser
peores personas que aquel modelo
que se nos presentó.
Creo que la mejor medicina en estos casos
es Perdonar, aunque cueste,
aunque sea difícil....
Vengarnos de nada sirve,
sólo nos conduce a través del rencor
y del resentimiento hacia una ruina interior
y si nuestro interior está mal,
todo en nosotros estará mal.
Por eso tratemos de dejar ir
todo aquello que nos daña,
sin pensar en represarias ni
en que alguien pague por lo que hizo.
Por ley de causa y efecto
todos recibimos lo que damos,
y si nuestras acciones nos conducen
por senderos de paz, amor,
y perdón en nuestro paso
por la vida recogeremos
los frutos de todo
lo que dimos e hicimos...
Autora: Graciela De Filippis
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