Gracias, Vida, por el día de HOY!
Sé que este día es mi oportunidad
de guardar los buenos recuerdos
del pasado y conservarlos
como presentes
que me hicieron sonreír.
Sé que este día me da la oportunidad
de dejar atrás todo aquello que yo permití
que me hiciera llorar y,
que podré conservar conmigo
las lecciones que aprendí.
Sé que esas lecciones
me volvieron más fuerte
para vivir en el día de HOY.
Sé que, sea como sea,
así como tantos otros que ya pasaron,
este día también pasará.
Gracias, Vida,
por otra jornada de 24 horas,
por traerme -por lo menos-
otras 24 lecciones.
Gracias por darme la conciencia
de que el día de ayer me trajo
informaciones que HOY
puedo usar o desechar.
Y gracias, sobre todo,
por probarme cada día
que el mañana es algo
que está fuera de mi control,
sin que pueda ser blanco
de la flecha de la preocupación
que ciertamente se perdería.
Gracias, Vida, por enseñarme HOY
que todavía no existe el futuro,
que ya no existe el pasado
y que yo solamente puedo actuar
en el momento presente,
¡Confiando en la mano de Dios
todo lo que para mí fue planeado!