Cuando sientas que la vida te obscurece los caminos, las estrellas se te apagan y te encierra en laberintos.
Cuando no encuentres amigos, ni escuches cantar al río al correr entre las piedras de regreso al infinito.
Eleva tu voz al cielo dejando volar tu rezo, como vuela el pensamiento cuando se inspira en silencio.
Deja perder tu vista en su viaje al universo, mientras tu ser descansa en paz esperando el regreso.
Descubrirás respuestas en lugares sorprendentes, entre pétalos de flores o senderos muy agrestes.
Verás las respuestas en las sonrisas de los niños al jugar, en el trinar de los pájaros una tarde al caminar.
En el cielo y en la tierra, en el Sol y en las estrellas, al final del arco iris en la alegre primavera.
En el aire, en el mar, en los insectos al volar, entre hojas, entre nubes, en los seres del mar.
En el aroma del pino, y la frescura matutina, en la nieve que fecunda la felicidad perdida.
La encontrarás en tu vida en las mañanas de invierno, cuando levantes tus ojos deseando el calor del cielo.
En recuerdos archivados de momentos olvidados, cuando nuevos ojos vean los dolores del pasado.
¿Dónde hallar las respuestas a nuestras interrogantes e inquietudes? No hay otro lugar que dentro de nosotros mismos... Sólo nosotros conocemos la razón de nuestras penas, sinsabores, dolores...
Sólo nosotros tenemos la llave para abrir nuestro corazón y dejarlo hablar, sólo nosotros tenemos el poder de dejar atrás el pasado y mirarlo con ojos nuevos sin culpas ni sabores amargos...
¿Dónde hallar las respuestas a nuestras interrogantes e inquietudes? No hay otro lugar que dentro de nosotros mismos... Sólo nosotros conocemos la razón de nuestras penas, sinsabores, dolores...