La "granja eólica" está instalada en el establecimiento Loma Alta del departamento de Rocha, entre 19 de Abril y Castillos, a 30 kilómetros de la capital departamental y a 140 metros sobre el nivel del mar. Tiene 16 molinos: 12 de ellos de 40 metros de altura, capaces de generar 500 kilovatios cada uno; y otros cuatro de 70 metros de altura, que pueden generar mil kilovatios cada uno. El total de la potencia instalada o sea la capacidad máxima de producción de energía, es por lo tanto 10 megavatios (10.000 kilovatios).
El rendimiento de las instalaciones está entre el 30% y 35% de la potencia instalada, o sea entre 3.000 y 3.500 kilovatios. Esa producción alcanzaría para abastecer a unos 5.000 usuarios.
Este "parque eólico" es totalmente privado y lo llevó a cabo Agroland, una empresa agroindustrial del grupo Nuevo Manantial SA, formado totalmente por uruguayos. Es el primero de los cinco que se implementan para generar un total de 34 megavatios que UTE había adjudicado en una licitación en 2006, con la finalidad de comprar a privados energía eléctrica proveniente de fuentes renovables. Uno de los otros cuatro parques eólicos en proceso de instalación está a cargo de la propia UTE en el departamento de Maldonado, a 120 kilómetros al este de Montevideo, y generará 10 megavatios.
La inversión total de Agroland suma entre 17 y 18 millones de dólares. El proceso de construcción llevó un año y medio. En la instalación, el 90% de la mano de obra y el personal técnico fue uruguayo, bajo algunas directrices provenientes de Argentina y Europa. La instalación sumó 100.000 horas hombre, en tareas de montaje electromecánico, obra vial, fundición y construcción con hormigón armado, entre otras.
Los equipos provienen de una empresa holandesa que realizó, además, la supervisión del montaje. El equipamiento electromecánico y la parte eléctrica de la subestación transformadora son uruguayos.
Qué es la energía eólica y por qué conviene
Los antiguos griegos creían que existía un dios de los vientos, y lo llamaban Eolo. De ahí viene el uso del nombre "energía eólica" para hablar de la que se produce aprovechando la fuerza del viento. Esta energía es usada por la humanidad desde hace siglos, por ejemplo para impulsar embarcaciones a vela, y también para poner en marcha molinos como los que se usaron durante mucho tiempo a fin de moler granos y producir harina.
En la época moderna, uno de los usos de los molinos es la puesta en movimiento de mecanismos que generan energía eléctrica. Esto se hizo durante muchos años, en pequeña escala, para proveer de electricidad a viviendas y establecimientos en el medio rural sin acceso a las redes de transmisión, y hoy se hace con molinos mucho mayores y tecnología avanzada para alimentar esas redes.
La energía eólica cubre actualmente sólo el 1% del total del consumo mundial de electricidad, pero es responsable de proporciones mucho más importantes en algunos países: casi un quinto del total en Dinamarca, y casi el 10% en España y Portugal. En cantidad, por lo tanto, se trata de una fuente de importancia todavía escasa, pero desde el punto de vista de la calidad su creciente aprovechamiento tiene mucho interés para la humanidad, ya que emplea un recurso abundante que no se agota ni contamina el ambiente. Cuando sustituye a la quema de combustibles fósiles, como el petróleo o el gas natural, ayuda a disminuir la producción de los gases que causan el llamado "efecto invernadero", al retener calor en la atmósfera y contribuir de ese modo al cambio climático con calentamiento global que amenaza nuestro modo de vida en el planeta. Aparte de que esos combustibles tardaron millones de años en formarse, y su consumo los va agotando mucho antes de que se puedan regenerar.
Otras fuentes de energía
A veces se habla de fuentes de energía renovable, fuentes de energía limpia y fuentes de energía alternativa como si fueran más o menos la misma cosa. No es así.
Se llama energía renovable a la que se obtiene, como la eólica, de fuentes naturales que son casi inagotables o que se regeneran en forma también naturales. En algunos casos el uso de esas fuentes no produce contaminación ambiental, como ocurre con el aprovechamiento del viento, de la radiación del Sol, del calor de la Tierra o de la fuerza de las corrientes de agua. Otras fuentes son renovables pero no "limpias" sino contaminantes, aunque afecten el ambiente menos que los combustibles fósiles. Es el caso de la materia orgánica, que se quema directamente -como la madera y otras sustancias vegetales sólidas- o se procesa para producir combustibles (bioetanol, biogás, biodiésel), como se hace en forma creciente con cultivos vegetales o con parte de la basura que generan las ciudades.
La energía nuclear es una fuente alternativa al petróleo, pero no es renovable, porque depende de las reservas de determinados minerales que no se regeneran en forma natural, y tampoco es necesariamente "limpia", porque los residuos nucleares radiactivos son muy peligrosos para el ambiente y la salud humana, pueden tardar miles de años en volverse inofensivos y son difíciles de almacenar en forma segura. Además, siempre existe la posibilidad de accidentes enormemente dañinos en los reactores nucleares, como los que ocurrieron en 1979 en Three Mile Island (Estados Unidos) o en 1986 en Chernóbil (Ucrania).
La generación de energía nuclear está prohibida actualmente por la legislación uruguaya, pero los partidos políticos están discutiendo la posibilidad de permitirla, ante las crecientes dificultades asociadas con el uso del petróleo.