Sin quejas
¿Serías capaz de pasar un día sin quejarte, ni de ti mismo ni de los demás? ¿Sin mezquinas insinuaciones o chismorreos? ¿Cómo sería un día libre de quejas?
¿Qué tal si reemplazaras cada una de las quejas, por una sugerencia? Piensa en la influencia productiva y positiva que tendría en tu trabajo y en tus relaciones personales. Considera cómo podría reducir tus niveles de estrés. ¿Qué pasaría si reemplazaras cada queja que aparece en tu mente, por una acción en positivo? Imagina toda la energía que podrías reencauzar hacia propósitos creativos y productivos, sólo por haber desechado pensamientos dirigidos a culpar y criticar a otros. Sólo piensa en todas las oportunidades que antes no pudiste ver y que ahora descubrirías.
No, no es que desees que la gente te pase por encima. En cambio, espera lo mejor y niégate a malgastar tu tiempo y energía en quejas inútiles. Cada vez que tengas la apremiante necesidad de quejarte, desafíate a ti mismo a encontrar una alternativa positiva. Cosecha los enormes beneficios de mirar siempre hacia adelante en lugar de hacerlo hacia el pasado.
A/D
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