Ese sentimiento que hace estimar el beneficio de un favor recibido y a corresponder de alguna manera es la gratitud.
Agradecer y dar las gracias se encuentra asociado al reconocimiento, a la lealtad, al cariño, a la amistad e íntimamente vinculado a la solidaridad, la satisfacción y la felicidad.
Las personas que están conscientes y aprecian haber logrado lo que querían y practican el agradecimiento de forma cotidiana son más felices, optimistas y poseen una autoestima elevada.
Mientras las ciencias de la salud dirigen sus investigaciones hacia las enfermedades y patologías de las personas, es decir los elementos negativos, la psicología positiva se ocupa de estudiar la felicidad y las virtudes humanas, como el buen humor, el optimismo y emociones como la alegría y el amor.
La gratitud es una emoción que se produce al reconocer los beneficios recibidos y es parte fundamental del bienestar personal.
Solamente pensar o escribir sobre las cosas o personas de las cuales nos sentimos agradecidos nos aumenta la felicidad. Y hacerlo, dar las gracias a otros seres o a la Divina Providencia, nos incita a apreciarnos, sentirnos serenos, en paz, contentos y dichosos.
Las personas creyentes le piden a Dios muchas cosas y algunos hacen promesas de sacrificios sí se les cumple lo solicitado. Otras, rezan porque se han dado cuenta del poder de las oraciones. Algunos simplemente no creen en un ser supremo.
Yo solo quiero invitarlos, que cada días desde hoy, antes de dormir, cada noche le den las gracias mentalmente a quienes ustedes quieran o a sí mismos, a Dios, a los santos, a su amor, a sus seres queridos, a sus amigos, a sus compañeros de trabajo, por alguna causa o razón que les haga retribuirles. Gracias por estar vivos, por estar acompañados, porque alguien les quiere, por compartir el amor, por su familia, porque no le hayan robado, por tener empleo, por poder dormir, por tener una cama, una moto, un carro, un regalo, por lo que ustedes quieran. Cuando lo hagan, obviamente pensarán en dos cosas: Una, la razón por la cual se sienten agradecidos. Otra, a quiénes deben agradecer.
Luego, hagan su agenda, escriban unas notas de agradecimiento y busquen a las personas que lo merecen y entréguenselas. También, lo pueden hacer verbalmente y si procede, den un abrazo y un beso, sea el caso. En cuanto a la Presencia o Dios, creo que la mejor forma de recibir es darle las gracias por todo lo que nos ha dado. Como lo cantaría Mercedes Sosa: "Gracias a la vida, que me ha dado tanto.", de Violeta Parra.