UN DIA COMPRENDÍ
Que no hay refugio dónde esconderme de mi mismo… Que hasta que no pude confrontarme en los ojos y el corazón del otro no dejé de escapar…
Que hasta que no permití compartir mis secretos, no pude liberarme de ellos.
Que si tienes miedo de darte a conocer a los otros no podrás conocerte a ti mismo ni a los demás .
Que, ¿dónde podemos conocernos mejor sino en nuestros puntos comunes?.
Que una persona puede manifestarse claramente, no como el gigante de sus sueños ni como el enano de sus miedos, sino como un hombre, parte de un Todo, con su aportación a los demás.
Que sobre esta base uno puede enraizarse y crecer, no sólo como en la muerte sino vivo para nosotros mismos y para los demás.
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