Restos
de cesio radiactivo, presumiblemente procedente de la planta de energía
nuclear 'Fukushima-1', han sido detectados en los peces y el agua de
mar en varias áreas de Japón, informa el Ministerio de Educación,
Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología (MEXT) del país asiático.
El
cesio radiactivo tiene una vida media de 30 años, lo que lo hace
extremadamente tóxico. Sin embargo, las concentraciones de partículas
radiactivas halladas en los peces son muy pequeñas, y no suponen riesgos
para la salud de los humanos, informa el MEXT. Después de la catástrofe
nuclear de 2011 en la central nuclear de Fukushima, el MEXT vigila muy
de cerca y verifica la seguridad del pescado para el consumo y los
rastros de radiación en agua de mar y peces.
Muchos
cuestionan si el pescado del Océano Pacífico y las aguas costeras de
Japón entrañan riesgos para la alimentación. Aunque los funcionarios
japoneses y muchos científicos dan garantías de su seguridad, los datos
sobre los niveles de radiación en las poblaciones de peces de Japón
cuentan una historia diferente. Algunos países -como la India-
restringieron temporalmente sus importaciones de alimentos procedentes
de Japón a raíz de la catástrofe. Por su parte, la UE impuso controles
más estrictos de radiación sobre sus importaciones de alimentos
procedentes de Japón. Como consecuencia, el país asiático vio
enormemente reducidas sus exportaciones. La magnitud de la propagación
de la contaminación radiactiva en Japón sigue sin estar clara.
En
mayo de este año, científicos encontraron una pequeña concentración
de radiación en la carne de atún rojo en la costa oeste de Estados
Unidos, lo que sugiere que los peces están llevando los contaminantes a
través del Océano Pacífico, más rápido que el viento o el agua. La
tragedia de Fukushima hizo añicos la fe de Japón de depender de la
energía nuclear, mientras se registran grandes manifestaciones
anti-nucleares en el país.