Se agota el tiempo para resolver los problemas ambientales y sociales
El libro La Situación del Mundo 2012: Hacia una prosperidad sostenible,
publicado en castellano por FUHEM Ecosocial e Icaria, ofrece una amplia
visión sobre las tendencias actuales en economía y sostenibilidad
global y sobre las políticas que pueden resolver claramente algunos de
los problemas ambientales y sociales más urgentes, estableciendo una vía
para reformar las instituciones económicas de forma que promuevan el
cuidado del medio ambiente y la prosperidad globales. Los autores
aportan la visión de una vida mejor para todos, y alertan de que los
acelerados cambios que se están dando en el medio ambiente, podrían
impedir alcanzar ese futuro de economías más equitativas y sostenibles.
Este informe, publicado por el Instituto Worldwatch de Washington y
traducido a más de 20 lenguas gracias a su red de socios internacionales
de la que FUHEM Ecosocial e Icaria forman parte, ofrece las
contribuciones de 35 autores que describen muchos de los patrones
actuales que son social y económicamente insostenibles y explora las
oportunidades y alternativas que surgen en materia de agricultura,
tecnologías de la información y biodiversidad para reorientar la
construcción de las ciudades, la política local y la gobernanza global.
Apéndice exclusivo de la edición en español. La “paradoja verde”
Junto a los textos de los investigadores del Instituto Worldwatch, la
edición en castellano ofrece un apéndice exclusivo firmado por José
Manuel Naredo y Erik Gómez-Baggethun. Con el título “RIO+20 en
perspectiva. Economía verde: nueva reconciliación virtual entre ecología
y economía”, analiza la evolución de las políticas ambientales
internacionales desde los albores del movimiento conservacionista hasta
la actualidad. El texto examina también las nociones principales que se
han sucedido a lo largo de este periodo en la política ambiental
(ecodesarrollo, desarrollo sostenible, economía verde…), y cómo se ha
abordado desde cada una de ellas la problemática del crecimiento
económico perpetuo en un planeta sujeto a límites físicos.
Los principales cambios acontecidos en el discurso ecológico y la
política ambiental encuentran reflejo a lo largo del artículo y se
enjuician en el marco de las trasformaciones políticas e institucionales
que han tenido lugar en el panorama político internacional. Con una
mirada crítica, se pone de relieve lo que los autores definen como la
“paradoja verde”, según la cual pasado medio siglo desde el surgimiento
el conservacionismo, la expansión de las políticas verdes sigue
corriendo en paralelo con la acentuación del deterioro ecológico. Se
indaga en las causas que subyacen a dicha paradoja y se evidencia la
falta de propuestas sólidas orientadas a reconvertir el metabolismo
económico en patrones ecológicamente viables.
Una nueva visión y nuevas políticas para lograr una vida saludable
¿Cómo podremos avanzar hacia una prosperidad sostenible y compartida
equitativamente, mientras la población sigue aumentando, nuestras
ciudades albergan a más y más personas y se deterioran nuestros sistemas
ecológicos?
Durante los últimos 50 años, las clases altas y medias de la población
mundial han más que duplicado sus niveles de consumo, al tiempo que
entre mil y dos mil millones de personas aspiran a formar parte de la
clase consumidora mundial. El planeta no puede mantener tales
incrementos en la demanda de recursos sin que esto tenga graves
consecuencias tanto para las personas como para los ecosistemas, según
concluye
La Situación del Mundo 2012. El libro, el vigésimo
noveno de una serie que el Instituto Worldwatch comenzó en 1984, subraya
que debemos actuar rápidamente para redefinir nuestro concepto de “vida
buena” y redoblar nuestros esfuerzos en hacerla sostenible.
“El modelo de crecimiento surgido de la Revolución Industrial, está
enraizado en estructuras, comportamientos y actividades que son
claramente insostenibles”, explica Michael Renner, co-director de la
edición de 2012. “Las crecientes tensiones sobre los ecosistemas y la
presión sobre los recursos vienen acompañados por problemas
socio-económicos cada vez mayores: la implosión de instrumentos
financieros especulativos que ha conducido a la crisis económica, las
crecientes desigualdad y vulnerabilidad sociales, y la inseguridad
laboral. Con todo ello, resulta difícil no concluir que la economía ha
dejado de trabajar a favor de las personas y del planeta”.
En lugar de seguir por ese camino, tenemos que volver a priorizar lo
que son las necesidades básicas y perseguir una prosperidad sostenible:
un desarrollo que permita vivir a todos los seres humanos con sus
necesidades fundamentales resueltas, reconociendo su dignidad y con
grandes posibilidades de vivir de forma satisfactoria y feliz, todo ello
sin que eso suponga negar a los demás, en el presente y en el futuro,
la capacidad de hacer lo mismo. Esto, significa, no sólo prevenir una
mayor degradación de los ecosistemas terrestres, sino trabajar
activamente para recuperarlos.
La Conferencia Río+20: los antecedentes, el fracaso y el futuro
Las aspiraciones de la cumbre de Río en 1992 colisionaron con tendencias
que resultan aleccionadoras, incluyendo políticas hostiles hacia el
planeta, la economía ortodoxa y una cultura dominante a favor del
consumismo. Los veinte años transcurridos han evidenciado que el cambio
que necesitamos no es meramente técnico, sino que implica cambios en
nuestro estilo de vida, la cultura y las políticas.
La Conferencia de Río+20, debería haber servido de catalizador para
avanzar hacia una prosperidad sostenible. La cumbre ofrecía la
oportunidad de establecer la senda para un sistema económico que
promoviera la salud de personas y ecosistemas. De hecho, los temas de
Rio + 20 eran: una economía verde en el contexto del desarrollo
sostenible y la erradicación de la pobreza, y un marco institucional
para el desarrollo sostenible.
Sin embargo, a la vista de los resultados, cabe rescatar las palabras de
Robert Engelman, presidente del Instituto Worldwatch, quien en el
Prefacio del libro señala: “los informes y las ideas expuestas en este
libro no pretenden ser un modelo para los debates de Río, sino
propuestas para el cambio, (…) para poder trabajar antes y después de la
Conferencia. (…) Independientemente de lo que presidentes, parlamentos y
embajadores logren o dejen de lograr, es frecuente que el detonante de
los cambios más transcendentales sean los movimientos sociales y los
activistas”.
Resumen de los temas clave planteados en La Situación del Mundo 2012.
-
Poner la “economía verde” al servicio de las personas.
La economía verde no significará lo mismo para un país industrial,
emergente o en vías de desarrollo. Pero todos los países tienen en común
la necesidad de crear empleos verdes que proporcionen una vida digna.
Hasta ahora la creación de empleo verde se encuentra principalmente en
un número relativamente pequeño de países líderes en I+D y en
inversiones ecológicas, pero un creciente número de países reclama
participar en el empleo verde. Una economía sostenible requiere
solidaridad y equidad social entre países y en el seno de los mismos.
Una estrategia “verde para todos” requiere nuevos planteamientos en el
suministro energético, transportes, vivienda y gestión de residuos, que
combinen el cambio técnico y estructural con el empoderamiento social.
Para promover el empleo verde en todo el mundo es preciso mejorar su
conocimiento, integrarlo en las estadísticas económicas, promover la
formación, el trabajo en red, la innovación y la financiación.
- Decrecimiento en los países sobredesarrollados. La
humanidad está usando actualmente la capacidad ecológica de 1,5
Tierras, y gran parte de ese consumo se debe a los sobredesarrollados
países industrializados. Una prosperidad sostenible requerirá el
decrecimiento económico de esos países. Esto se puede lograr a través de
una serie de medidas que incluyen: cargas fiscales más equitativas,
reducción de la jornada laboral, evidenciar la “anormalidad” de ciertos
tipos de consumo y modificar la percepción que la publicidad ha logrado
sobre ciertos sectores de la economía, como la producción de alimentos y
el cuidado de los niños. En estos últimos casos, los ejemplos de los
huertos vecinales y los hogares multigeneracionales ofrecen una senda
alternativa, pero no la única. La cuestión es que, en función de
nuestros parámetros culturales y sociales, la prosperidad sigue
percibiéndose como más consumo y más crecimiento cuando se trata de
recuperar los significados tradicionales de la prosperidad que incluyen:
buena salud, relaciones sociales, tiempo libre y un trabajo
gratificante.
- Un desarrollo urbano inclusivo y sostenible. La
pobreza urbana está muy extendida y va en aumento, y en términos
absolutos se expande tanto en países desarrollados como en vías de
desarrollo: 828 millones de personas viven en asentamientos informales o
barrios marginales. La planificación urbana necesita incluir
estrategias en las que participen las propias comunidades a través de
organizaciones comunitarias, en coordinación con otros sectores,
especialmente en lo que respecta a alojamientos asequibles, sistemas de
transportes y desarrollo económico.
- Transporte sostenible. Actualmente, hay en torno a
800 millones de coches en las carreteras del mundo. En los países en
desarrollo, el transporte genera hasta un 80% de los contaminantes
atmosféricos nocivos para la salud y causantes de 1,3 millones de
muertes prematuras anuales. Una alternativa sostenible y socialmente
progresista requiere un viraje hacia ciudades más compactas, lo que
generalmente implica menos viajes motorizados, invertir en transporte de
alta calidad y dar vida a saludables comunidades en las que las
personas puedan desplazarse a pie o en bicicleta.
- Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, y el 90% de
la urbanización está teniendo lugar en el mundo en desarrollo. Las TIC
pueden ayudar a que las ciudades sean más seguras, más limpias y más
sostenibles para vivir, pero estas tecnologías están actualmente
infrautilizadas tanto en el mundo desarrollado como en las zonas en
desarrollo. Para revertir esta tendencia se debe ir hacia acuerdos
públicos-privados y proyectos de “ciudades inteligentes” que provean el
acceso público a la información y animen a la participación ciudadana.
Algunos ejemplos: farolas con sensores de movimiento para ahorrar
energía, aplicaciones de móvil que permiten avisar a las autoridades de
edificios en mal estado o atascos de tráfico.
- Reinventar las empresas. En quinientos años, las
empresas transnacionales han evolucionado hasta convertirse en entidades
muy influyentes. A menudo actúan sin restricciones, sin que se
establezcan límites a sus impactos sobre la sociedad, el medio ambiente o
la economía. Si queremos alcanzar la sostenibilidad, las
transnacionales deberán adaptarse, incluyendo en los cambios sus
propósitos, propiedad, capital invertido y gobernanza.
- La arquitectura global de una gobernanza sostenible.
Los esfuerzos a favor de la sostenibilidad mundial se acordarán a
partir de los debates del PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el
Medio Ambiente). Si el PNUMA va a jugar un importante papel en estas
cuestiones, este debe incrementar su autoridad y sus recursos
financieros, y lo que es más necesario, debe estar mejor conectado con
otras agencias internacionales de forma que pueda cumplir con el papel
de coordinación y visión que sus fundadores tuvieron en mente cuando se
creó.
En la segunda parte, el libro incluye varios capítulos que se agrupan bajo el título global de
“Políticas para el cambio”. Algunas de las políticas enunciadas son:
-
Estrategias frente al crecimiento de la población. En
2011, la población global superó la cifra de los 7.000 millones de
personas, y afrontar el crecimiento de la población es crítico para el
futuro de la sostenibilidad del planeta. El capítulo plantea las
estrategias que podrían lograr estabilizar la población mundial en un
nivel inferior a los 9.000 millones de personas antes de mediados del
siglo actual. Esas políticas pasan por asegurar el acceso a opciones
anticonceptivas seguras y eficaces para ambos sexos; garantizar el
acceso universal a la educación secundaria de niños y niñas; erradicar
las desigualdades de género en las leyes, las oportunidades económicas,
la sanidad y la cultura; ofrecer educación sexual; acabar con las
políticas que subvencionan maternidad y paternidad basándose en el
número de hijos; poner precio a los costes e impactos ambientales de los
hijos; adaptarse al envejecimiento de la población en lugar de
incentivar el aumento de la natalidad.
- Edificios sostenibles. La construcción y el
funcionamiento de los edificios consumen entre el 25 y el 40% de toda la
energía producida, y representa entre el 30 y el 40% de las emisiones
de dióxido de carbono. El análisis enfatiza que no valen trucos o lavado
de imagen verde en este tema, y recomienda un futuro en el que se tenga
en cuenta el ciclo de vida de los edificios, sopesando todos sus
impactos en el medio ambiente. La meta, a la que deberían contribuir las
políticas públicas, debería seguir los principios de: cero energía,
cero emisiones y cero residuos.
- Políticas públicas para un consumo sostenible.
Combatir la expansión de la cultura consumista requerirá la implicación
de los gobiernos, incluyendo la gestión de la publicidad, modificaciones
fiscales que contemplen el coste real del producto o servicio, y el
establecimiento de certificados de sostenibilidad.
- Cultivos sostenibles. Un creciente consenso
reconoce la quiebra del sistema agrícola alimentario global y el
surgimiento de soluciones. A principios de 2011, una de cada siete
personas en el mundo padecía desnutrición crónica. 925 millones de
personas carecen habitualmente de alimentos suficientes. Muchos de estas
personas son pequeños agricultores o jornaleros rurales. En vez de
centrarnos en soluciones tecnológicas como la aplicación de
agroquímicos, los pequeños productores han de jugar un papel clave en un
sistema alimentario sostenible. Para mejorar la producción y la
sostenibilidad medioambiental de las pequeñas granjas, la futura
política agraria ha de combinar la defensa de sus derechos con una
legislación vinculada a la zona y la cultura local.
- Equidad y seguridad alimentaria en un mundo condicionado por el clima.
En las últimas décadas la ganadería industrial ha incrementado la
producción de carne, huevos y lácteos, que han pasado a formar parte de
la alimentación diaria de más personas. Pero esta producción industrial
de alimentos ha sido nociva, tanto para la salud humana como para el
medio ambiente. La internalización de los costes, la recuperación de los
ecosistemas y la educación de la población puede ayudar a crear un
sistema alimentario más eficiente, equitativo y compatible con el clima.
- Biodiversidad: combatir la sexta extinción masiva.
El ritmo actual de extinción de especies se estima en 1.000 veces
superior al de la época pre-industrial. Esfuerzos de carácter
intergubernamental e internacional serán necesarios para la comprensión
de las consecuencias de esta pérdida irreversible y la protección de
espacios terrestres y marinos.
- Valorar los servicios de los ecosistemas. La
huella ecológica humana ha crecido de tal manera que, en muchos casos,
el verdadero progreso queda más restringido por la disponibilidad
limitada de recursos naturales y de servicios ecosistémicos que por el
capital invertido en infraestructuras. Tenemos que dar valor a los
elementos que contribuyen al bienestar humano: los sistemas ecológicos
que proporcionan aire limpio, agua dulce, tierra fértil, clima estable,
eliminación de residuos, polinización de cosechas… Evaluar los
beneficios que se derivan de los ecosistemas asignándoles valores
monetarios o físicos podría facilitar la gestión de los recursos
naturales que constituyen los bienes comunes.
- Lograr un buen gobierno local. La democracia local
es fundamental para el desarrollo sostenible, especialmente en las
ciudades, porque desde estos ámbitos se puede actuar directamente sobre
la reducción de la pobreza, el crecimiento del empleo, la igualdad de
género y la protección medioambiental.
Acceso a los archivos en pdf: Índice de contenidos; Prólogo y Prefacio.
Este libro está a la venta en nuestra Librería.
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