Te llamé a vivir
Te llamé a vivir, te hice hermoso
con mis propias manos.
Te comuniqué mi vida y deposité en ti
mi propio amor con abundancia.
Te hice ver el paisaje y el color.
Te di el oído para que escucharas el canto
de los pájaros y la voz de los hombres.
Te di la palabra para decir
"padre", "madre", "amigo", "hermano".
Te di mi amor más profundo.
No sólo te di vida, también
te estoy sosteniendo en ella.
Tú eres mi hijo amado,
te conozco cuando respiras
y te cuido cuando duermes.
No lo dudes.
Mis ojos están puestos en tus ojos y
mi mano la tengo colocada sobre tu cabeza.
Te amo, aunque me olvides o me rechaces.
Te amo aunque no me ames.
Ya lo sabes.
Podrás ir donde puedas y donde quieras,
hasta allá te seguirá mi amor
y te sostendrá mi diestra.
¿O es que crees que Yo como Padre
puedo olvidar a mi hijo?
¡Ni lo sueñes!
Desde que te hice ya no te puedo dejar solo,
camino y sonrío contigo
Vivo en ti.
Te lo escribo de mil maneras y
te digo al oído y en silencio.
Eres mi hijo.
Te amo.
¡Tu Padre DIOS!