Vivir deprisa es característico en alguna gente joven que quiere "comerse al mundo", sin pensar que hay un mañana, pues creen que se les va a acabar el tiempo."¿Por que todo tiene que tardar tanto?", A veces preguntan en su inmadurez.
Pero, cuidado, que los que no somos tan jóvenes corremos el mismo peligro, en estos benditos tiempos de tanto ajetreo. Si no somos precavidos caeremos en esa neurosis, atrapados por la corriente de la prisa, los temores y la desesperación. Conviene estar bien alerta a las señales de este dichoso desenfreno y por eso les digo: dejemos la prisa.