La mayoría de las personas han experimentado esta sensación en algún momento. Estás tranquilo disfrutando de un cono de helado, un licuado frío, o una gaseosa llena de hielo. Entonces, de repente, te ves afectado por el dolor de cabeza más atroz en la historia de los dolores de cabeza. Por suerte, sólo dura 30 segundos… pero una sensación comparable a que no se abra el paracaídas.
Cuando algo frío toca el techo de la boca en un día caluroso, se desencadena una cefalea por estímulos fríos, más conocida en el barrio como cefalea de helado.
La causa es una dilatación de los vasos sanguíneos en la cabeza. Verás, por encima del techo de la boca tenemos un centro nervioso que, cuando se enfría, parece sobre-reaccionar y trata de calentar el cerebro.
Otra explicación reciente, dice que se trata de un dolor referido (que se siente en una parte del cuerpo distante a la del sitio de origen). Los nervios se encuentran en la parte superior de la boca, pero el centro neurálgico está en tu cerebro, así que ahí es donde se siente el dolor.
Las personas propensas a las migrañas son más propensas a la cefalea del helado.
Por lo tanto, la manera fácil de evitar la “congelación del cerebro” es mantener las cosas frías lejos del techo de tu boca. Y la forma más rápida de hacer que se vaya es beber algo tibio, sobre todo si persiste.
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