Desde el punto de vista de los especialistas, la edad ideal para embarazarse es hasta los 27 años, después de esa edad el potencial reproductivo comienza a descender y a partir de los 37 la reproducción se vuelve más difícil.
El doctor Ramiro Quintana, especialista de vasta experiencia en medicina reproductiva, escribió el libro “Preservar la fertilidad en medicina”, con la colaboración de un grupo de especialistas sobre este tema, tratando de dar respuesta a todos los interrogantes posibles que preocupan a muchas parejas.
Cada vez más, principalmente mujeres con niveles de educación universitarios, suelen postergar la maternidad hasta los 35 años y este retraso puede significar un impedimento para quedar embarazadas.
Las investigaciones realizadas muestran que cerca de un tercio de las mujeres de 35 a 39 años tienen problemas para concebir.
La criopreservación de esperma existe desde hace décadas, habiéndose logrado nacimientos documentados con espermatozoides guardados por mucho tiempo.
En cuanto a la conservación de los óvulos, ha sido más difícil. Recién en 1996, fue posible el primer caso de criopreservación de tejido ovárico humano y en 2004, fue cuando se produjo el primer nacimiento a partir de tejido ovárico criopreservado; siendo en este momento 13 el total de los nacimientos logrados con este método.
-Vitrificar ovocitos
-Criopreservación de tejido ovárico para su trasplante posterior, en etapa experimental.
-Con tratamiento específico que protege el ovario llevándolo a un estado prepuberal.
Para los hombres:
-Criopreservación de semen
-Desarrollo de la criopreservación de testículo, en etapa experimental
-Células madre testiculares.
No siempre estos tratamientos están al alcance de todos, porque se trata de sistemas costosos que no siempre cubren los servicios de medicina prepaga o las obras sociales.
Cuando se trata de una postergación elegida debido a exigencias laborales, tal vez lo mejor será evaluar la diferencia entre costo y beneficio, ya que no sólo se trata de dinero sino también de enfrentar un largo tratamiento y un embarazo en inferioridad de condiciones.
Los tratamientos para la fertilidad suelen afectar la relación de pareja ya que no siempre los dos están dispuestos a hacer el esfuerzo que demanda. Es una decisión que requiere estabilidad emocional, fortaleza de carácter y la convicción firme de estar, ambos integrantes de la pareja, totalmente identificados y de acuerdo con los objetivos.
Fuente: “LNR”; 07/2012; “El reto de conservar la fertilidad”; Gabriela Navarra.