La destrucción en escala masiva, sin embargo, no afectó las minas de Trebca.
El 14 de agosto de 2000, novecientos soldados fuertemente armados británicos, franceses, italianos, paquistaníes y de KFOR aterrizaron en helicópteros en las minas. Los administradores y los trabajadores trataron de resistir y fueron golpeados, atacados con gases lacrimógenos y con balas de plástico. El personal resistente fue arrestado.
Los documentos de la ONU describieron la acción como “…inducción de la democratización en Kosovo”. El ataque, de hecho, allanó el camino para la venta de las minas con su contenido “inextinguible” de unas 77.302.000 toneladas de carbón, cobre, zinc, plomo, níquel, oro, plata, mármol, manganeso, mineral de hierro, asbesto y piedra caliza “para solo mencionar algunos” a grupos privados extranjeros (Informes noticiosos, sitios en la web.)
El “Ejército de Liberación de Kosovo” había sido: “…entrenado y apoyado durante años con millones de dólares estadounidenses y marcos alemanes… a través de la CIA y del BND (servicio de inteligencia alemán) para esta guerra, engañosamente llamada guerra civil” [6] por gobiernos y portavoces de los gobiernos de la OTAN.
Las propiedades químicas y radiológicas del uranio empobrecido también llovieron sobre la antigua Yugoslavia. En 2001, doctores del hospital de Kosovo Mitrovica dirigido por serbios declararon que la cantidad de pacientes que sufrían enfermedades malignas había aumentado un 200% desde un estudio de 1998.
Un estudio de 2003 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) encontró muestras contaminadas de agua potable y de aire en Bosnia Herzegovina. No hubo, por supuesto: “causa de alarma”. Pekka Haavisto, exministro del Medio Ambiente de Finlandia, jefe de UNEP, pidió una amplia y exhaustiva investigación científica para establecer la verdadera medida y los peligros de la contaminación. EE.UU. –citado como el único país que utilizó armas de uranio empobrecido en ese conflicto– bloqueó la solicitud [7].
Sin embargo, hubo alarma en Europa cuando mantenedores de la paz italianos, portugueses, belgas y franceses en la región desarrollaron cánceres, en cosa de meses; una elevada proporción de los diagnosticados murieron. Mantenedores de la paz noruegos se negaron a ser involucrados [8].
“Menos de un mes después del fin de la guerra en Yugoslavia en 1999, el Consejo Nacional Británico de Protección Radiológica advirtió a los ciudadanos británicos de los peligros de permanecer en Kosovo debido a la contaminación de su territorio por armas de uranio empobrecido”.
Los mantenedores de la paz, por cierto, estuvieron en Kosovo solo durante semanas o meses, la gente de la región vive allí, y la condición difícil de su salud y la de futuras generaciones fue ignorada y olvidada por sus “liberadores”. Tenían otros “tiranos” que derrocar, otras poblaciones que librar de sus vidas, sus extremidades y sus medios de vida.
Irak, había vuelto a ser bombardeado por EE.UU. y Reino Unido durante la temporada de Navidad de 1998, cuatro meses antes del ataque a Yugoslavia y había vuelto a los radares de la invasión desde entonces. Las mentiras eran familiares, e incesantes, un ejemplo actualmente tópico, uno de tantos:
“2 de septiembre de 2002: Expertos: Iraq tiene toneladas de armas químicas.
“Mientras algunos en el gobierno de Bush presionan a favor de un ataque preventivo contra Irak, expertos en armas dicen que hay creciente evidencia de que el presidente iraquí Sadam Hussein ha acumulado grandes existencias de armas químicas y biológicas que oculta ante un posible ataque militar de EE.UU.
“La preocupación de Washington es que Irak podría suministrar esas armas a grupos terroristas… ‘Si esperamos hasta que el peligro sea evidente, podría ser demasiado tarde’ dijo el senador Joseph Biden, demócrata de Delaware, presidente del Comité de Relaciones Exteriores”.
Ahora que Biden es vicepresidente, no podemos dejar de preguntar si tiene alguna participación en el sesgo sobre Siria, con sus palabras extrañamente similares.
“John Wolfsthal, analista de la Fundación Carnegie por la Paz Internacional, dijo que el inventario de Irak es significativo: ‘Irak sigue poseyendo varias toneladas de agentes de armas químicas, lo suficiente para matar a miles y miles de civiles o soldados’, dijo Wolfsthal” [9].
Además: “Expertos en armas de las Naciones Unidas han dicho que Irak puede haber almacenado más de 600 toneladas métricas de agentes químicos, incluyendo gas mostaza, VX y sarín. Tampoco se conoce el paradero de unos 25.000 cohetes y 15.000 obuses de artillería con agentes químicos, dijeron los expertos.
“Lo que preocupa es que tienen a mano, o podrían crear rápidamente, la capacidad de producir vastas cantidades de ántrax, toneladas de material”, fue la declaración adicional de Wolfsthal.
“El secretario de Defensa Donald Rumsfeld” afirmó: “…Irak tiene laboratorios móviles de armas biológicas, que sería casi imposible de identificar y atacar para las fuerzas de EE.UU.” Las vidas de miles de personas están en juego, dijo. Por cierto, desde la invasión las muertes de iraquíes a manos de estadounidenses y británicos o de sus milicias, y el gobierno títere impuesto, representan un verdadero holocausto.
Según Jonathan Schwartz, quien volvió a enfocar el montón de mentiras sobre Irak del general Colin Powell el 5 de febrero de 2003: “Mis colegas, cada declaración que hago hoy está respaldada por fuentes, fuentes sólidas. No son afirmaciones. Lo que os presento son hechos y conclusiones basados en inteligencia sólida…” Powell está ahora arrepentido.
Schwartz muestra poca comprensión. En el quinto aniversario de las estupideces engañosas de Powell, el 5 de febrero de 2008, comentó: “A pesar de todas las críticas que Powell ha recibido por esto –lo llama ‘doloroso’ y algo que ‘siempre formará parte de mi historial’– no se aproxima a lo que está justificado. Powell estuvo mucho más que horriblemente equivocado, la evidencia es concluyente de que amañó pruebas e ignoró repetidas advertencias de que lo que estaba diciendo era falso”.
La invasión totalmente ilegal de Irak, basada en un montón transatlántico de mentiras había comenzado solo 45 días después. ¿Su Nombre muy Estúpido? “Operation Iraqi Liberation”: OIL [Petróleo].
Las mentiras sobre Libia –que bajo el coronel Gadafi llegó a la punta del Índex de Desarrollo Humano en África– son de memoria reciente. A pesar de ello, unos pocos recuerdos:
Los traidores pagados por la CIA abundan en estas invasiones y otras durante muchas décadas. Por ejemplo el general Abdul Fatah Younis, ministro del Interior del coronel Gadafi, quien “desertó hacia la oposición” –¿cuál habrá sido su precio?– y llegó a ser jefe de Estado Mayor de los insurgentes: “…abogó a favor de que los aliados de la OTAN armaran a los rebeldes con armas pesadas, incluidos helicópteros y misiles antitanques, para defender la ciudad sitiada de Misrata. Predijo que el dictador… estaría dispuesto a utilizar armas químicas como último recurso contra los rebeldes o la población civil”. (Sorprendente, palabras idénticas a las de la lista de argumentos de la actual “oposición” siria.)
“Ahora Gadafi está desesperado. Por desgracia todavía tiene cerca de un 25% de sus armas químicas, que podría utilizar ya que está en una situación desesperada…”
“Se sabe que el coronel Gadafi tiene cerca de 10 toneladas de gas mostaza restantes de las existencias que había estado destruyendo bajo la supervisión de un organismo de las Naciones Unidas, la Organización para la Prohibición de Armas Químicas” [10].
En contexto, en 2002, Neil Mackay, galardonado editor de investigaciones del Sunday Herald, explicó que: “Impulsado por la codicia y una profunda falta de moralidad, el gobierno británico violó la Convención de Armas Químicas vendiendo productos químicos “que podían convertirse en armas de guerra”.
Los países que se beneficiaron de las ventas británicas, declaró Mackay, incluían a Libia, Yemen, Israel, Arabia Saudí, Chipre, India, Kenia, Kuwait, Malasia, Nigeria, Omán, Pakistán, Singapur, Eslovenia, Sudáfrica, Corea del Sur, Sri Lanka, Tanzania, Turquía y Uganda, “admitió claramente” un encargado del Departamento de Comercio e Industria.
Después del apretón de manos de Tony Blair con el coronel Gadafi en marzo de 2004, el gobierno británico anunció planes para enviar sus expertos a Libia a fin de destruir las armas químicas que había vendido, señalando que el coronel Gadafi había engañado a Blair sobre su existencia. Parecen haber olvidado que él tenía los documentos de envío. Igual a las ambigüedades del Reino Unido sobre Irak.
Entre el comienzo de la destrucción de Libia el 19 de marzo de 2011 y la toma de posesión de la OTAN el 31 de marzo de 2011, EE.UU. y el Reino Unido lanzaron 110 misiles Crucero contra un país con una población de menos de 6,5 millones de habitantes. Cuando la OTAN asumió el mando de la “intervención humanitaria”, atacó a esa mínima población con 26.500 incursiones de bombardeo.
Por supuesto no hubo lágrimas presidenciales por los niños muertos en Libia, cuya defunción debió de estar precedida de un terror inimaginable, en un ataque que tuvo dos Nombres Estúpidos, uno para EE.UU.: “Operación Odisea del Amanecer” y otro para la de OTAN: “Operación Protector Unificado”, esta última, desafía todo comentario.
El propio Gadafi perdió tres nietos pequeños y tres hijos. En 1986, en otro bombardeo de EE.UU. perdió una pequeña hija adoptada.
Momentos después de ser informada sobre su terrible muerte a manos de una turba rabiosa “protegida” por la OTAN, la secretaria de Estado Hillary Clinton apareció riendo en la televisión mientras decía: “Fuimos, vimos, murió”.
Hace tiempo que dijo: “Realmente pienso que se necesita una aldea para criar a un niño”. Ahora parece que piensa que hay que borrar del mapa la aldea, sus niños, sus padres y linchar al anciano de la aldea para tener una oportunidad de estridente regocijo en la televisión.
El 4 de diciembre de 2012, Clinton advirtió de que el presidente Bashar al-Asad de Siria podría estar moviendo, adivinad qué: “un arsenal de armas químicas”.
“Hemos dejado muy claros nuestros puntos de vista. Esta es una línea roja para EE.UU. No voy a detallar específicamente lo que haríamos en caso de tener pruebas de que el régimen de Asad ha recurrido al uso de armas químicas contra su propio pueblo, pero baste con decir que ciertamente planificamos entrar en acción en caso de que ocurriera”, dijo en una conferencia de prensa en Praga.
Por supuesto se “podrían utilizar” armas “para contener gas sarín”, según otro funcionario estadounidense. Otro agregó: “…estamos preocupados por cualquier acción que pueda significar que están dispuestos de alguna manera a utilizar esas armas químicas contra su propio pueblo [11].
“Déjà vu una vez más”, como dicen.
Siria respondió el 6 de diciembre: “Siria vuelve a subrayar, por décima, centésima vez, que si tuviéramos armas semejantes, no se utilizarían contra el pueblo. No cometeríamos suicidio,” dijo el ministro adjunto de Exteriores Faisal Al Maqdad en la televisión libanesa Al Manar …”
“Tememos que exista una conspiración para suministrar un pretexto para cualesquiera intervenciones subsiguientes en Siria por parte de los países que aumentan la presión sobre Siria”. Por cierto. No se puede decir que sea la primera vez.
A finales de octubre, tropas estadounidenses llegaron a Jordania para un gran ejercicio conjunto cerca de la frontera siria. Operación Nombre Estúpido e Infantil: “Operación León Ambicioso”. Al Asad se traduce en árabe como: el león.
Irónicamente, la primera afirmación de que Siria tiene armas químicas parece haber provenido de John R. Bolton, quien según el congresista Henry Waxman persuadió a George W. Bush para que incluyera el cuento de hadas de la compra de óxido de uranio de Níger en su discurso sobre el Estado de la Unión de 2003. La afirmación no se ha demostrado, sin embargo, ya que los documentos todavía están clasificados.
Bolton está involucrado con una plétora de organizaciones menos que liberales, incluyendo el Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense, el Instituto Judío para Asuntos de Seguridad Nacional (JINSA) y la Asociación Nacional del Rifle.
En relación con Siria, también hay que recordar que el país sufre sanciones cada vez más duras desde 2004.
El exinspector jefe de Armas de Irak Scott Ritter ha escrito que: “las armas químicas tienen una vida útil de cinco años. Las armas biológicas tienen una vida útil de tres”. También emiten un “éter”, dicen los expertos, que puede ser identificado por la vigilancia satelital, a la que es seguro que Siria, como antes Irak, ha sido sometida exhaustivamente.
Dios no lo quiera, Washington, Whitehall, Tel Aviv y la coalición de los coactivos de nuevo hacen aspavientos por nada. Dios ayude al que les crea.