Soñamos que hemos perdido las alas.
Ayuda tú a tus hermanos a encontrar
dentro de ellos lo que juzgan que han perdido.
¿Quieres contribuir a la liberación del mundo?
Pues comienza por liberar a cada hombre
de su preocupación, de su aprehensión, de su prejuicio.
No hay dos seres humanos que lleven igual cadena.
Nosotros mismos nos vamos forjando a diario,
perseverantemente, nuestros grillos,
Si bien lo pensamos, nada puede esclavizarnos,
ni este cuerpo mismo;
porque este cuerpo no es prisión:
es arma, es instrumento, es agente.