LA PRESENCIA
Dios único, oculto en el corazón de todos los seres,
penetrando todo lo que existe, lo íntimo de todos.
Tú decretas todo lo que se hace, tú resides en cada uno,
Tú eres el testigo, el conocedor, el único a quien no podemos calificar.
Soberano único de la multiplicidad, sin actividades;
por ti el germen único florece
en innumerables formas diferentes.
A los sabios que perciben tu presencia en el fondo de sí mismos,
sólo a ellos pertenece la eterna alegría, y no a otros.
Como el aceite en los granos de sésamo,
como la mantequilla en la crema,
como el agua oculta en el lecho del río,
como el fuego en el sílex,
así descubrimos al yo engastado en nuestra alma,
si lo buscamos con sinceridad y austeridad.
Como la mantequilla se encuentra en cada parte de la leche,
así el yo está extendido en todo lo que es,
este yo, en la raíz del autoconocimiento y de la austeridad,
Esta es la más alta doctrina mística.
Cuando los hombres logren enrollar el firmamento
como enrollan un trozo de cuero
(es decir, cuando lo imposible se convierta en posible),
pena y dolor podrán cesar .
La única forma posible de terminar con el pesar y el dolor