LE BUSCAS ES QUE LE TIENES
Oirás decir frecuentemente a muchos
que no encuentran a Dios.
Pregúntales si le buscan y hasta dónde llega
su anhelo de hallarle.
Si le buscan con mucho ahínco, tranquilízalos, porque
ya le han encontrado...
Dios dice a Pascal en las Meditaciones:
«Consuélate, no me buscarías si no me hubieras ya encontrado».
Pensamiento admirable, capaz de inundar de consuelo
al espíritu más árido y desolado.
Pensamiento, por otra parte, de una sorprendente exactitud.
El que busca, en efecto, a Dios con ahínco es porque le
ama, y el que le ama, ya le posee.
Amar a Dios y poseerle es todo uno.
«¿Le buscas? ¡Es que le tienes!»
LE TIENES
Pues busco, debo encontrar.
Pues llamo, débenme abrir.
Pues pido, me deben dar.
Pues amo, débeme amar
aquel que me hizo vivir.
¿Calla? Un día me hablará.
¿Me pone a prueba? Soy fiel.
¿Pasa? No lejos irá; ••"•
pues tiene alas mi alma, y va
volando detrás de El.
Es poderoso, mas no
podrá mi amor esquivar.
Invisible se volvió,
mas ojos de lince yo
tengo y le habré de mirar.
Alma, sigue hasta el final
en pos del Bien de los bienes
y consuélate en tu mal
pensando como Pascal:
«¿Le buscas? ¡Es que le tienes!»