Somos seres de elección. el mismo deseo esuna
búsqueda tangible hacia la preferencia subjetiva.
Nos distinguimos de la sexualidad animal, precisamente
porque el erotismo del hombre moviliza la vida interior,
y la vuelve menos rudimentaria. En pocas palabras dejamos
de ser animales para convertirnos en seres de origen y
creación. Ahora bien, la región cobra vida, cuando hablamos
de descubrimientos y vida interior. Este juega un papel
importante para Battaille, ya que asegura que tanto la religión
como el erotismo modifican el contacto con el mundo.
Lo mejor, para él, es olvidar las experiencias y ver
todos nuestros actos desde afuera.
Cuando se pierde la razón, entramos al plano de la
sexualidad. Aquí aparece la pregunta final:
¿Debe el erotismo concluir en la sexualidad física?
Bataille afirma que la sexualidad
es al erotismo lo que el cerebro es al pensamiento
La dualidad aparece cuando se compara con la vulgaridad
y la pesadez, elementos que vencen el frenesí.
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El erotismo termina en el sexo, porque la belleza siempre
desea ser profanada por el objeto del deseo. El ser humano
siempre está dispuesto a saborear y a trasgredir:
“Toda actuación del erotismo tiene como fin alcanzar al
ser en lo más íntimo, en el punto en el que el ánimo falta”
¿Por qué nos olvidamos del erotismo?
Es como si tomáramos una hoja de papel y aparecieran
espacios, sabores, amores inconclusos, final feliz.
Pero olvidamos el encuentro consigo mismo, se nos
olvida que el tacto te libera. ¿Será que en Latinoamérica
pocos son los lectores de este tipo de literatura?,
¿Preferimos lo social antes que el sentido de mis dedos,
preferimos vernos reflejados en la historia de nuestro
tiempo antes que el roce de la oreja
con el labio que se emblandece?
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