EL AMOR DEL ALMA
Vivir la enseñanza es el impulso acuariano que nos coloca en el nuevo tiempo. Si hubiéramos puesto en práctica sólo la mitad de todo lo leído, estudiado, meditado, estaríamos cumpliendo el Plan y no estudiándolo. Todo es cuestión de cómo vivimos, no de qué estudiamos o conocemos. Cierto es que para vivir la vida del alma en la materia es necesario primero estudiar, instruirnos, pero si no damos el paso siguiente que es practicar en la vida cotidiana lo aprendido, nos quedamos dando vueltas encarcelados en una jaula de oro, cada barrote, una parte de la enseñanza, pero jaula al fin, quedamos aprisionados y sujetos al espejismo y la ilusión.
El sendero del discipulado es el sendero de menor resistencia para que el alma pueda nacer en la conciencia de la personalidad. De esto trata toda la enseñanza. Si bien es bueno conocer el sistema de chakras, los cuerpos, los planos de manifestación, etc.; si lo aprendido no se vivencia queda como mera información y nunca llega a ser verdadero conocimiento.
La primero que aprendemos en Metafísica es la Ley de Mentalismo, "Lo que tú piensas se manifiesta". Es la primera lección para el encuentro entre el alma y la personalidad. El pensamiento es la causa de toda manifestación. PIENSA POSITIVO, dice la primera lección de Metafísica. Y ese pensar positivo no se refiere sólo a los acontecimientos, también se refiere a los sentimientos, a las relaciones con los demás. Piensa positivo de tu hermano, de tu hermana, busca su alma, reconócela para que ese reconocimiento sea un imán que la lleve a exteriorizarse.
Pensando lo bueno, lo bello y lo verdadero transmutamos los instintos inferiores en cualidades del alma.
Lo Bueno es la buena voluntad, tener siempre una actitud positiva que nos impulse a una acción siempre en beneficio de los otros.
Lo Bello es el Amor, el Amor del Alma, impersonal, que es libre y deja libres a los demás. Ese Amor que llena de colores la creación y le da el esplendor a la existencia.
Y lo Verdadero es que tú eres un Alma inmortal revestida de materia, que el Yo Soy que habita en ti, está en todos, que eres un pensamiento de Dios.
Un pensamiento negativo niega lo Bueno, lo Bello y lo Verdadero. Si odias, estás negando el amor, Si no te gusta una situación estás negándote tu propio crecimiento al no querer aprender la lección; si mientes, estás negando la Verdad.
Si conoces a alguien lleno de resentimiento no lo ayudas si te molestas con su comportamiento, tampoco lo ayudas si estás de acuerdo con sus resentimientos, o si lo evitas o lo criticas. Reconoce que dentro del corazón de cada ser humano está lo Bueno (la buena voluntad, una tendencia al Bien) y concéntrate en eso. Luego le derramas tu amor, de esta manera le aportas lo Bello. Busca con amor lo bueno que sabes que hay en su corazón. Luego reconoce que en la mente de todos los seres humanos hay inteligencia porque ésa es la naturaleza de la mente. Su mente ha sido influenciada y ha escogido pensamientos no inteligentes o irracionales y sus emociones se han pervertido debido a la falta de amor que probablemente le rodea. Reconoce que es un Hijo(a) de Dios, que ésa es la Verdad y por lo tanto, por debajo de todo eso negativo que ves se encuentra ese Bien básico que es la naturaleza de cada corazón humano.
Una vez que te das cuenta de todo esto, llévalo a tu corazón y ámalo porque es tu hermano y al mismo tiempo piensa en lo que necesite comprender en este momento, si deja de lado sus resentimientos. Y no le des consejo hasta que te lo pida. Cuando el mal se encuentra con el Amor, se transforma.
Ten presente que la relación básica entre dos personas es la fraternidad y su cualidad es el Amor. Todos los seres tienen el Divino Derecho de recibir tu Amor. Negar el Amor es romper la Ley Universal de la Relación y desequilibrar la vida empezando por la tuya.
Es cuestión de que tu amor surja del Alma y no provenga de la personalidad que no sabe amar a todos por igual porque no está en su naturaleza. Si manifiestas el Amor del Alma, vives la enseñanza. El Amor del Alma es un poder que puede extraer del fondo de todas las cosas lo mejor que hay en ellas.
Viviendo en estos tiempos de transición de una Era a otra que marcan la dirección que tomará la humanidad para los próximos 2000 años, derramar el Amor del Alma hacia todos es un servicio a la vida. Derrámalo hacia los que consideras buenos y hacia los que consideras malignos. Sin juzgar. El amor del alma no es un sentimiento, es una energía neutral, como la luz del sol con la capacidad de iluminar toda situación y elevar la vibración. ¿Cómo lo puedes hacer? Entra en profundo contacto con tu alma y envía una energía dorada y luminosa que sale de ti hacia los demás. Al principio será un juego de la imaginación, pero la intención de hacerlo abrirá la puerta y un día te convertirás en ese sol que ilumina y eleva y te darás, te donarás por entero y así estarás ciertamente cumpliendo tu parte de ese Plan.
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