Amor incondicional ambientalista
El
amor puede definirse de infinitas formas. Sin embargo, uno podría
sentir que por más esfuerzo que hiciese a la hora de intentarlo, la
definición invariablemente estaría incompleta, siempre le faltaría algo.
Y seguramente que así sería, porque el amor tiene una parte que podemos
percibir mediante los sentidos, descriptible mediante el lenguaje y
otra, que se encuentra en un plano diferente, al que no tienen acceso la
razón.
Cuando un Ser da amor sin esperar nada a cambio, sin sentir
la necesidad de ser correspondido, sin querer obtener beneficio alguno
por ese amor que se da, entonces es amor puro, incondicional, verdadero.
Sólo entonces, es amor. Ese es el amor que sentimos los ambientalistas
por el maravilloso milagro de vida que es Gaia, este Ser del cual somos
parte. Un amor sin egoísmos, que sólo se da, incondicionalmente.
Esa
parte del amor que está oculta a los sentidos, que no puede tocarse, ni
olerse, la que no puede describirse con exactitud dónde o cómo se
siente, la que no puede explicarse con palabras, es la que hace que un
ambientalista se despierte cada mañana con la certeza de que un mundo
mejor, es posible. Es la que le da la esperanza para seguir intentándolo
un día más, y luego otro y otro y otro...
Esa parte del amor que se
arremolina en nuestro pecho, que lo infla, es la que nos da fuerzas para
pelear contra molinos de viento, para enfrentarnos a las mineras, a las
pasteras, a los agronegocios. Nos da energías para cortar rutas,
organizar asambleas, marchas, foros, debates, charlas. Nos hace defender
un arrollo, una laguna, un ave o un bosque, incluso poniendo en juego
nuestra propia vida. Esa es la parte del amor que nos hace plantar un
árbol, aún sabiendo que no disfrutaremos de su sombra ni de sus frutos,
la misma que nos empuja a caminar utopías.
Los ambientalistas simplemente somos, enamorados de la vida.
Cada
uno podrá definir el amor a su manera, habrá miles, millones, infinitas
formas diferentes y hermosas. Sin embargo, todas estarán incompletas.
Porque afortunadamente siempre habrá sobre el amor, algo más por
descubrir, alguna palabra más por decir y algo que no podamos explicar…
sólo sentir.
Cordiales saludos,
Ricardo Natalichio, Director de EcoPortal.net