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General: Otro Mundo Posible
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De: carina (Mensaje original) |
Enviado: 02/03/2013 17:38 |
Sergio Ferrari (especial para ARGENPRESS.info)
Cuando el joven desempleado tunecino Mohamed Bouazizi se inmoló
públicamente el 17 de diciembre de 2010, no imaginaba que su rabia
individual explotaría rápidamente en indignación casi universal.
Reconvertido en verdulero, y harto por el acoso oficial que le impedía
trabajar libremente con su carretón, la denuncia de Bouazizi detonó en
pocos días movilizaciones masivas en su país. Muy rápidamente, su
indignación y la de su tierra desbordaban las fronteras regionales y
continentales.
La protesta tunecina, que sacó finalmente del poder a Ben Ali, se
extendió a Egipto y a otros países de la región, promoviendo cambios
significativos en tiempos históricamente cortos. De esta manera, la así
llamada "primavera árabe" comenzaba a socavar las bases de monarquías
duras o democracias desgastadas mediante cambios internos relevantes.
Apenas separada por el Mar Mediterráneo, la revuelta del África
nor-sahariana no tardó en acercar orillas para transformarse en
indignación europea
El 15 de mayo del 2011 detonó en Madrid un proceso de movilizaciones
ciudadanas masivas que se extendieron por toda España y se reprodujeron
en centenares de ciudades en más de cuarenta países del mundo. Como
resultado de una marcha multitudinaria auto convocada a través de
Internet por la coalición Democracia Real Ya, los manifestantes ibéricos
decidieron ocupar la capitalina Plaza del Sol, convirtiéndola durante
semanas en su propio campamento urbano.
La ocupación, método de lucha recurrente empleado por muchos movimientos
sociales en el mundo entero para defender sus reivindicaciones más
sentidas, como la reforma agraria de "los sin tierra" o la vivienda
popular de "los sin techo” brasileros", se desplazaba así al mismo
corazón de la Unión Europea. Se estaba inaugurando una masiva modalidad
de protesta ciudadana. Centenares de plazas y parques adquirieron el
formato de los conocidos plásticos negros y las carpas improvisadas de
los acampados del Sur.
La exclusión social, cada vez más intensa y dramática; el desempleo
creciente, especialmente entre los jóvenes; las políticas férreas de
recortes al Estado social, y el desgaste crónico de las democracias
tradicionales, aparecían como causas comunes de la movilización
masificada en el Viejo Mundo.
Dentro de un marco global caracterizado por la profundización de una
crisis preocupante durante los últimos cinco años, en 2010 y 2011 la
explosión de la “burbuja inmobiliaria” provocó el empeoramiento
dramático de la situación de decenas de miles de familias endeudadas en
varios países del continente.
En España, por ejemplo, miles de familias muy pronto perdieron sus
viviendas en un proceso que replicaba como calcomanía una realidad
traumática que ya estaba causando estragos en los Estados Unidos. Esta
crisis hipotecaria se daba paralelamente a un brutal aumento del
desempleo, que en 2012 alcanzó en España, niveles nunca antes conocidos
cercanos al 25 % de la población productivamente activa y casi el doble
entre la juventud.
Crisis similares, diagnósticos semejantes, reivindicaciones comunes... A
mediados de septiembre del mismo 2011, un grupo de manifestantes
también auto convocado ocupó el Zuccotti Park en Wall Street, el centro
financiero estadounidense, todo un símbolo del sistema hegemónico a
nivel mundial.
El movimiento de los “Ocupa Wall Street” se extendió de inmediato a la
Plaza de la Libertad en la ciudad de Washington, a escasos metros de la
Casa Blanca, y a más de mil ciudades y pueblos por todo los Estados
Unidos, sin duda una de las movilizaciones ciudadanas más importantes de
la historia contemporánea de ese país.
El movimiento “Ocupa” estadounidenses se entiende como un “espacio
abierto y horizontal” contra el capitalismo neoliberal, al que define en
uno de sus primeros comunicados como “un pulpo gigante, que como un
vampiro, se adhiere con sus tentáculos al rostro de la humanidad,
chupando despiadadamente con sus ventosas cualquier cosa que huela a
dinero". Su consigna central --“somos el 99%, ellos son sólo el 1%”--
enfatiza su abierta confrontación con el poder financiero y la
corrupción política y ubica en el mismísimo centro del debate nacional
el tema de la desigualdad económica y la creciente polarización social.
La democracia directa, basada en decisiones tomadas colectivamente; la
distribución orgánica de roles, con diferentes comités y grupos de
trabajo claramente estructurados al interior del movimiento (prensa,
logística, formación, entre otras); un liderazgo horizontal y repartido,
y sin nombres propios, y la acción directa, aunque no violenta,
constituyen los pilares conceptuales de los “Ocupa”.
En pocas semanas el movimiento logró romper el bloqueo mediático y
político que intentaba sofocarlo y aislarlo; acaparó los reflectores,
aun los de las fuerzas policiales, y logró ubicarse en el centro de la
agenda política nacional. El mismo Partido Demócrata debió
reposicionarse frente a “Ocupa Wall Street” y sus reivindicaciones más
sentidas.
El movimiento “Ocupa” experimentó rápidamente su propia globalización
“planetaria”, protagonizando jornadas como las del 15 de octubre del
2011, con movilizaciones en 951 ciudades de 82 países en prácticamente
todos los continentes.
De Chiapas al iglú resistente en Davos
Fines de enero de 2012 en pleno invierno glacial europeo. A sólo unos
centenares de metros del centro de convenciones de la ciudad suiza de
Davos, y protegido militarmente como una fortaleza, se realizaba el Foro
Económico Mundial. Un centenar de activistas del movimiento “Ocupa”
instaló en el corazón de Davos un iglú de resistencia construido con
nieve alpina y adornado apenas por unos cuantos afiches y unas banderas
rojinegras.
Ese iglú fue la expresión simbólica de este nuevo proceso de resistencia
ciudadana ante uno de los eventos del poder económico internacional. Se
trata de una resistencia que parece no conocer fronteras y que apuesta
según sus principios a globalizar la solidaridad y la denuncia del
modelo neoliberal, que hoy confronta una de sus crisis más profundas.
Casi 18 años antes de ese iglú “ocupa”, el 1 de enero de 1994 el
movimiento zapatista había aparecido “de la nada” para ocupar San
Cristóbal de las Casas y otras cinco cabeceras del sureño y olvidado
Chiapas. Los zapatistas denunciaban el Tratado de Libre Comercio (TLC)
que ese día se acordaba entre Estados Unidos, Canadá y México. Con esta
demostración, los Zapatistas, entre otras cosas, estaban cuestionando
radicalmente un tipo de mecanismo jurídico internacional que las
potencias del Norte habían comenzando a imponerles a muchas naciones del
Sur en nombre de su estrategia de capitalismo globalizado. Alzaban una
voz profética para globalizar la esperanza.
“No morirá la flor de la palabra. Podrá morir el rostro oculto de quien
la nombra hoy, pero la palabra que vino desde el fondo de la historia y
de la tierra ya no podrá ser arrancada por la soberbia del poder...
Techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, independencia,
democracia, libertad, justicia y paz. Estas fueron nuestras banderas en
la madrugada de 1994. Estas fueron nuestras demandas en la larga noche
de los 500 años. Estas son, hoy, nuestras exigencias”, enfatizaba el
Manifiesto Zapatista.
Casi dos décadas más tarde, rasgos conceptuales y metodológicos vitales
del zapatismo, como su reivindicación de la participación de "los de
abajo", la democracia directa y la crisis al poder institucionalizado se
están reactualizando, tácita o abiertamente, en la práctica de los
indignados y ocupas del siglo XXI. Y también sus colores.
Indignación y otro mundo posible
Entre aquellos históricos acontecimientos y sus ecos recientes, durante
la primera década del siglo actual nace y se fortalece el pensamiento
altermundialista a la luz de los Foros Sociales Mundiales que arrancaron
en Porto Alegre en 2001. Estos encuentros sin fronteras lanzaron el
desafío de un cambio de paradigma, de sistema. Mediante la movilización
activa, auto convocada, horizontal, sin protagonismos personales, se han
dedicado a fortalecer las redes mundiales de una comunidad solidaria
para la construcción de “Otro Mundo Posible”.
Este Otro Mundo Posible, para los atermundialistas, es y será el
resultado de una concepción renovada de la participación política; la
apuesta a una nueva forma de democracia inclusiva para todos y con
todos; el llamado a la participación ciudadana activa; la crítica
frontal contra el capitalismo y sus devastadoras consecuencias sociales y
ambientales; el protagonismo colectivo, especialmente el de los más
relegados; la pérdida del miedo y la intensificación de la participación
popular; la visión amplia de construir innovando, sin esquemas rígidos
ni exclusiones ideologizantes; la reivindicación de la memoria histórica
frente al olvido del poder...
Se trata de conceptos y prácticas que coinciden con muchas de las
consignas-reivindicaciones del zapatismo y del altermundialismo así como
de las movilizaciones ciudadanas de 2010-2011 en los países árabes como
las protagonizadas por los indignados o el movimiento “ocupa”.
“Nuestra ira contra la injusticia sigue intacta. No, esta amenaza no ha
desaparecido por completo. Convoquemos una verdadera insurrección
pacífica contra los medios de comunicación de masas que no propongan
como horizonte para nuestra juventud otras cosas que no sean el consumo
en masa, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura, la
amnesia generalizada y la competición excesiva de todos contra todos”,
enfatiza Stéphanne Hessel en su “¡Indignaos!”, publicación que se
convirtió rápidamente en referencia conceptual del movimiento.
Esta proclama convoca a la movilización de la sociedad solidaria para
construir un nuevo rumbo que va contra el poder de banqueros y los
grandes empresarios así como la corrupción de los políticos de una
democracia excluyente.
"Nosotros los desempleados, los mal remunerados, los subcontratados, los
precarios, los jóvenes… queremos un cambio y un futuro digno. Estamos
hartos de reformas antisociales, de que nos dejen en el paro
[desempleados], de que los bancos que han provocado la crisis nos suban
las hipotecas o se queden con nuestras viviendas, de que nos impongan
leyes que limitan nuestra libertad en beneficio de los poderosos.
Acusamos a los poderes políticos y económicos de nuestra precaria
situación y exigimos un cambio de rumbo", protestan los indignados en
una de sus declaraciones de prensa al inicio del movimiento.
La humanidad es hoy testigo de casi dos décadas (1994-2012) de luchas
ciudadanas renovadas, nuevos actores y formas innovadoras de entender y
de hacer política. Las diversas experiencias empíricas enriquecen
conceptualmente la búsqueda planetaria de opciones sistémicas en lo
económico, lo social y lo ecológico.
Queda pendiente concretar dichas alternativas: llenar de contenido el
“Otro Mundo Posible”; amasar aquí y ahora “un mundo donde quepan muchos
mundos”; transformar la indignación de estado (de ánimo) en acción
transformadora. El año 2013 será, sin duda, otro momento importante de
este caminar colectivo. Y la próxima edición del Foro Social Mundial que
se realizará entre el 26 y el 30 de marzo en Túnez apuesta,
particularmente, a integrar mucho más férreamente indignación y
altermundialismo.
Desafío que puede significar un paso adelante en la capacidad de
convocación-movilización de la sociedad civil planetaria y su búsqueda
de alternativas. Retomando, al mismo tiempo, tres fuentes de aportes
significativos: el capital acumulado en los países árabes en estos
últimos dos años. El reforzamiento de la movilización social-sindical en
Europa, como lo expresara le huelga continental del pasado 14 de
noviembre del 2012. Y la experiencia enriquecida de los múltiples
procesos progresistas – con sus nuevas formas democráticas de
participación ciudadana en América Latina.
Sergio Ferrari en colaboración con la Agenda
Latinoamericana; E-CHANGER (ONG de cooperación solidaria activa); la
FEDEVACO (Federación de Vaud de Cooperación) y la FGC (Federación
Ginebrina de Cooperación)
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De: Nati-U |
Enviado: 03/03/2013 00:03 |
Llevará tiempo, quizás demasiado, las partes nunca se ponen de acuerdo, y los buitres aprovechan cualquier oportunidad para dividir.
Muy interesante, gracias
Nati |
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De: GILDA08 |
Enviado: 03/03/2013 17:45 |
Partiendo de lo que muchos aseguran, de que todas las " revoluciones" y guerras estan fríamente
diseñadas y programadas desde décadas atrás por los poderes ocultos tras los gobiernos más
económica-tecnológica y políticamente más poderosos del mundo del mundo, lo que hemos estado
presenciando es precisamente la re-estructura de
las 10 grandes REGIONES en el mundo, con fines de eliminar los " nacionalismos" y facilitar el
control de la población Mundial. Esto es solamente UNO de los principales Puntos en la Agenda
para la instalación del Nuevo Orden Mundial.
Sin embargo, los pueblos de la Tierra estan condicionados para pensar que todo eso son " teorias
conspiratorias" de gente que no tiene nada mejor que hacer con su vida y con su tiempo.
Saludos, |
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De: Marti2 |
Enviado: 04/03/2013 04:17 |
Yo creo que otro mundo es posible, lo que no creo es que ocurra pronto, yo ya no lo vere.
Las cosas se esmadraron demasiado, se necesita sangre nueva, otra forma de ver la vida, esto sucedera por NECESIDAD, los mas jovenes ya estan dando señales.
ni la izquierda ni la drecha ni nada de eso, los viejos esquemas estan caducos por completo!!!
La vision tendra que se otra.
Nos dejamos estar, engañar, nos dormimos sobre los laureles, la cuerda ya se rompio, pero ahora se va a necesitar muchooooo tiempo para comenzar a trabajar por ese mundo mejor.
Gracias por la info, buena semana que comienza |
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De: Mima |
Enviado: 05/03/2013 00:23 |
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De: Yara12 |
Enviado: 05/03/2013 17:42 |
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