Ama tu cuerpo
y que éste me perdone.
Reconstruye mi relación
con este recipiente de mi alma.
Perdóname por haber abusado de él.
Devuelve la cordura a mi mente
y a mi cuerpo una figura armoniosa.
Sáname con tu poder milagroso,
Señor.
Yo no puedo hacerlo sola.
Amén.