Las Falsas apariencias engañan
Se cuenta que en un lugar un grupo de gente
se divertía con el tonto del pueblo.
Un pobre infeliz de poca inteligencia,
que vivía de pequeñas chapuzas y de limosnas.
Diariamente llamaban al idiota al bar
donde se reunían y le ofrecían escoger
entre un billete de 20 euros y una moneda de dos.
El siempre escogía la moneda,
menos valiosa pero más bonita y brillante,
lo que era motivo de risas para todos.
Cierto día, uno de los miembros del grupo
le llamó y le preguntó si todavía
no se había dado cuenta
de que la moneda valía menos,
bastante menos, que el billete de papel.
- Lo sé, respondió, no soy tan bobo.
La moneda vale bastante menos, pero,
el día que escoja el billete,
el jueguecito acaba
y ya no voy a ganar más mi moneda.
"El mayor placer de una persona inteligente
es aparentar ser idiota,
delante de un idiota
que aparenta ser inteligente"