Cuando algo malo o no planeado suceda, entienda la perfección de la vida. Toda semilla bien regada y cuidada, un día dará frutos. Pero los frutos se darán en la estación correcta, no antes o después. Nuestros deseos en la vida son como semillas que sembramos y debemos cuidarlos con todo cuidado. Algunos pronto darán resultados, otros demorarán mucho más tiempo para que sucedan en la práctica. Debo aprender el arte de tener paciencia, de forma que pueda disfrutar plenamente del fruto cuando esté maduro totalmente.