Hay
muchas canciones a la alegría, muchos poemas, muchos escritos sobre sus
beneficios, pero hay veces nos suena bastante distante, como una
ilusión, una experiencia fugaz, casi siempre lo estamos rechazando, como
que más nos gusta estar tristes, como que buscamos el dar lástima, ésta
nos es dulce, quizás así atraemos un amor temporal o compasión hacia
nosotros de los demás.
Pero puedes
pensar de que tu mereces respeto, también mereces ser amado sin la
necesidad de hacer hazañas.
Lo que ves y lo que conoces:
Si tienes el
privilegio de tener tus sentidos de la vista normales y a adentrarte en
lo que conoces, intenta experimentar estos dos atributos de “ver” y “lo
que conoces” , descubrirás muchas cosas.
Hay cosas que
conocemos y no las experimentamos, es como un despertar, es no negar la
realidad, también mereces ser feliz, también mereces sonreír.
Tus temores y tu conciencia:
Si aportas un alto nivel de conciencia a tus temores, puedes
experimentar en todo momento no perder el punto de vista de que la
realidad sólo son los hechos, es mejor enfrentarlos, aceptarlos
plenamente, experimentarlo y actuar de manera consciente sobre el origen
de ese temor.Experimentarás que son menos feos de los que nos
imaginamos.
Al aceptar tus
temores como cualquier otro sentimiento o parte tuya, se puede desatar
en otro sentimiento tampoco deseado, pero al aceptarlo tenderán a
diluirse.
Tus dolores y tu conciencia:
Si aportamos un alto nivel de conciencia a nuestro dolor, hay que
experimentarlo plenamente, aceptarlo como algo nuestro, no rechazarlo.
Es la realidad, es un hecho, es la verdad.
Pues el aceptar tus temores
y tus dolores es aceptarte a ti mismo, pero muchos de ellos no son
razonables, o a simple vista no tienes por que tenerlos, pero solo tú
sabes de donde se originaron.
Quizás no son razonables, pero existen en tu mente y merece toda la aceptación tuya.
Julio Reyes A.