Dime quién eres Dios mío
que tanto me haces sufrir
y mi corazón marchito
por ti llora sin cesar.
Sólo en ti tengo esperanza,
bien de mi vida, mi único amor,
porque en ti veo que se alcanza
la paz querida del corazón.
Si a tus oídos llegan mis ruegos,
mitiga el fuego de mi pasión,
calma la pena que me consume
y da tu perfume a mi corazón.
Dame por Dios tu amor
y no hagas sufrir a mi corazón
que te adora fiel con loca pasión.
No me hagas sufrir,
tenme compasión...
¡Por Dios!
Dime quién eres Dios mío
que tanto me haces sufrir
y mi corazón marchito
por ti llora sin cesar...
Si a tus oídos llegan mis ruegos,
mitiga el fuego de mi pasión,
calma la pena que me consume
y da tu perfume a mi corazón.
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