¿Por
qué normalmente no podemos experimentar completa felicidad en
cualquier situación cotidiana? La foto parece sugerir que sí podíamos…
La
verdadera felicidad que tanto anhelamos está disponible para nosotros
ahora mismo, no es necesario que alcancemos antes ninguna meta ni que
se produzca primero ningún cambio en nuestras vidas. El logro de
cualquier meta sólo nos provocará un bienestar pasajero, aunque nuestro
“sentido común” nos asegure normalmente otra cosa: que la felicidad
depende del cumplimiento de nuestros deseos.
Siempre que
no nos sentimos plenamente felices estamos esperando que alguna
situación se resuelva “favorablemente”, que algo cambie, que se
solucione cierto problema, que se cumpla alguno de nuestros deseos. Pero
a largo plazo, aún cuando alcancemos algunas de estas metas, el cuadro
general parece ser siempre el mismo y la felicidad permanece como un
estado ideal e inalcanzable.
No hay nada
de malo en tratar de cumplir nuestros deseos… ¡al contrario! Los
deseos son esenciales para darle sentido a nuestras vidas, nos señalan
el camino que queremos recorrer. Pero si sentimos que sólo cuando se
cumplan podremos ser felices entonces pasan a convertirse en “apegos”, y
se transforman precisamente en los obstáculos que nos impiden alcanzar
la felicidad.
WeB
Los
chinos lo dicen de una manera hermosa: “Cuando el ojo no está
obstruido, el resultado es la visión; cuando el oído no está obstruido,
el resultado es la audición…” Y yo agrego: “Cuando la mente no está
obstruida, el resultado es la verdad; y cuando el corazón no está
obstruido, el resultado es la dicha…”
Anthony de Mello
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