La lucha entre el apego y el rechazo
enferma el corazón.
Cuando el movimiento cesa, regresa la calma,
y de la calma surge de nuevo el movimiento.
Al rechazar el ser se pierde el ser,
al apegarse a la vacuidad se niega la vacuidad.
Es inútil querer alcanzar la verdad,
basta con disolver la ignorancia.
Cuando todas las existencias
son observadas con ecuanimidad,
ellas mismas retornan a su naturaleza original.
Cuando la mente se unifica consigo misma
toda actividad cesa.
El sabio mora en el no pensamiento,
ya que ni el conocimiento
ni los sentimientos humanos
pueden sondear esta verdad.
En la Realidad tal y como ES,
no hay ni yo ni otro.
En la no-dualidad todo es lo mismo,
no hay nada que no esté incluido (en ella).
Todos los sabios del mundo
viven de acuerdo a esta verdad ancestral.
Ser es no ser.
No ser es ser.
siendo esto así,
No hay nada a que aferrarse.
Uno es todo. Todo es uno.
Siendo esto así.
¿por qué preocuparse por lo que es ilimitado?
Una vez aquí las palabras cesan
y el tiempo desaparece.
Extracto del libro
Canto al Corazón de la Confianza.
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