La felicidad está en la sala de espera de la felicidad
"La felicidad está en la sala de espera de la felicidad" El niño cree que será feliz cuando sea un chaval, y éste está seguro de serlo cuando se haga adulto, el cual piensa lograrlo cuando termine la carrera. Con los estudios terminados se da por seguro alcanzarla cuando se coloque, y luego al casarse, a continuación con los hijos, seguidamente cuando éstos terminen sus carreras...
Pero el tren de la felicidad pasa ante nosotros en todos los momentos, incluso en la propia estación en que esperamos a que ese tren llegue. Cada instante de nuestra vida puede se feliz -en lo que cabe- si intentamos que lo sea. Tienen más papeletas para que les toque los optimistas y los agradecidos. La felicidad y la salud física están recíprocamente relacionadas.
También los que hacen uso de la gratitud y del perdón. Influyen igualmente razones genéticas, las circunstancias y la actitud dirigida a mejorarla. Se considera que se logra el nivel más alto sobre los 30 años más o menos, cuando se suele tener ya la vida organizada y encauzada.
Desde esa cima, que parecía la meta definitiva se van bajando peldaños hasta marcar su nivel más bajo sobre los 46 años, coincidiendo precisamente con el meridiano de la vida. Y que vuelve a remontarse desde ese suelo aceptando las contrariedades y con mejorías hasta colocarse de nuevamente en la máxima altura en el final de la vida. Los mayores, que han recorrido esas etapas, saben algo de eso.
La clave de la felicidad está en el interior, en nuestra mente. Este tema es ignorado por la mayoría de las personas. Para lograrlo hace falta buena cimentación, lo que se considera una mente debidamente amueblada con sentido común y con las lecciones de la propia vida
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