EL PASADO, ES PASADO.
Al permitir que las experiencias del pasado dominen nuestra vida, retrasamos el movimiento de nuestro futuro. Esto es especialmente molesto al entender que nuestro tiempo en la tierra está corriendo, cada momento cuenta. Pagamos un costo grande y pesado cuando los retrasos insignificantes nos detienen y no nos permiten avanzar. El tiempo que se pierde es tiempo que nunca podremos recuperar. Los esfuerzos que hacemos por volver a vivir experiencias pasadas no tienen valor porque no podemos cambiar el pasado. La buena noticia en todo esto es que tenemos el poder de controlar el uso de nuestro tiempo y el objeto de nuestro enfoque. Para olvidar el pasado necesitamos re dirigir nuestro enfoque a las posibilidades que el futuro trae.
No se aceptan excusas
Las excusas son los obstáculos más grandes para darnos cuenta de las nuevas oportunidades en la vida. Nuestro derecho de adueñarnos de nuestro futuro es limitado por las excusas. Cada vez que damos una excusa por la cuál no hicimos algo, limitamos y reducimos el valor de la responsabilidad personal en la vida. Nunca hay un beneficio de usar excusas para permanecer en el pasado. Nuestro viaje a la plenitud depende de nuestra disposición de confrontar asuntos que nos detienen en nuestra mente. Al reemplazar excusas con responsabilidad personal, el camino hacia el futuro comienza a desenvolverse.
Recuerda: El acceso a un mejor futuro se abre cuando las excusas son eliminadas. Las promesas de Dios son alcanzables a través de la responsabilidad personal
|