JUEGO
En el momento que empiezas a ver la vida como algo que no es serio, como un juego, todas las cargas sobre tu corazón desaparecen. Todo el miedo a la muerte, a la vida, al amor: todo desaparece. Uno empieza a vivir con un peso muy ligero o casi sin peso. Tan ligero se vuelve uno que puede volar al cielo abierto.
La contribución más grande del Zen consiste en dar una alternativa al hombre serio. El hombre serio ha hecho el mundo, el hombre serio ha creado todas las religiones. Ha creado todas las filosofías, todas las culturas, todas las moralidades. Todo lo que existe alrededor tuyo es una creación del hombre serio. El Zen ha abandonado el mundo serio. Ha creado un mundo propio que es muy divertido, lleno de risa, en donde incluso los grandes maestros se comportan como niños.
Muy rara vez la vida es tan seria como creemos que es y, cuando reconocemos este hecho, nos responde dándonos más y más oportunidades para jugar.
La mujer celebra el gozo de estar viva, como una mariposa que ha emergido de su crisálida hacia la promesa de la luz. Ella nos recuerda la época en que éramos niños descubriendo conchas en la playa, o construyendo castillos en la arena sin ninguna preocupación por las olas que pudiesen venir y llevárselos al siguiente momento. Ella sabe que la vida es un juego y ahora mismo juega el rol de un payaso, sin ningún sentido de vergüenza y sin pretensiones.
Es señal de que estás preparado para lo fresco y lo nuevo. Algo maravilloso está justamente en el horizonte y tienes precisamente la cualidad apropiada de inocencia juguetona y claridad para darte la bienvenida con los brazos abiertos
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