EL RIEGO SE CORRE CADA DIA.
Cuando pienso en lo que hago y también cuando no pienso, cuando corro y cuando camino, cuando digo lo que pienso y cuando callo, cuando tomo decisiones y cuando me las guardo, cuando lloro y cuando río.
Siempre se corre el riesgo. Cuando me animo y cuando me acobardo, cuando digo la verdad y cuando miento, cuando me juego por alguien y cuando no lo hago por nadie.
Siempre se corre el riesgo. De enamorarse de quien nos corresponde y de amar a quien no nos ame nunca, de entregar todo, mucho o poco que tengamos dentro, de cometer errores pero también aciertos, de apostar más de una ficha y no entender el juego o creer que las sabemos todas e ignorar tantas otras, de soportarlo todo y no interesarnos por nada.
Siempre corremos el riesgo. De tomar un camino equivocado o de creer que el nuestro es el único correcto, de animarnos o no a hacerlo poder creer o creer siempre que no puedo, permitirme algo o coartar toda posibilidad de ser, ser no es nada fácil, el no ser no tiene sentido.
Siempre corremos el riesgo… Cuando creo y cuando desconfío, cuando soy feliz y cuando no puedo serlo, cuando me permito y me prohíbo, cuando me acerco y también cuando me alejo, cuando abro puertas y cuando las cierro todas, cuando veo una luz y cuando ando a oscuras, cuando afirmo y cuando niego, cuando elijo algo nuevo, cuando me aburro de lo viejo, cuando me río de mi mismo y cuando lloro por lo ajeno.
Siempre corro el riesgo. Cuando sostengo, cuando me caigo, cuando estoy atento, cuando me distraigo… cuando conozco algo nuevo y me aferro a lo que tengo, cuando llego demasiado temprano o cuando creo que para todo es tarde.
Siempre corremos el riesgo. Cuando acepto todo sin cuestionarme nada cuando reveo mi historia y me otorgo sólo desdichas, cuando me sorprendo y cuando me aburro, cuando llego y cuando creo que nunca alcanzo, cuando construyo y también cuando me quiebro, cuando me castigo por un fracaso, o me galardono por un éxito cuando me enojo y cuando protesto, cuando se abren nuevos caminos y cuando no veo ninguno.
Siempre corremos el riesgo. Cuando piso fuerte y cuando resbalo… cuando hiero y desestimo y cuando pido perdón y me arrepiento… cuando me veo en el espejo y me agrado y también cuando no me miro, cuando recuerdo y cuando olvido, cuando comparto todo o cuando todo me lo guardo, cuando me cuido y también cuando me abandono.
Siempre corro el riesgo. Cuando propongo una idea o no se me ocurre ninguna, cuando admiro lo bello y cuando me creo más que otros, cuando me equivoco y también cuando acierto, cuando pido perdón y cuando digo gracias… cuando salgo a la calle a buscarte y cuando vuelvo convencido de que no voy a encontrarte, cuando huelo tu perfume y no te veo, cuando miro un mundo de colores, me ilusiono y después me tropiezo. cuando me levanto y cuando me acuesto, cuando te cuento que de alguna manera soy yo quien escribe y también soy yo el que siento. No apuestes a lo seguro a lo previsible ve un poco más allá..
¡No dejes de correr ese riesgo!
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