Es Maestro:
TODO AQUEL que se siente capaz de trabajar empeñosamente al servicio
de un ideal, sin guardar para sí los frutos de su trabajo;
TODO AQUEL que al conversar con otro, siente el placer de beneficiar
con su pensamiento a aquel con quien dialoga y de escuchar
atentamente el mensaje que puede desprenderse de las palabras
recogidas;
TODO AQUEL que apetezca sumergirse, en los valores que empujen a los
demás en la práctica del bien;
TODO AQUEL que se reconozca a sí mismo en las justas aspiraciones de
un hombre cualquiera, aun cuando ese hombre no sea su amigo, y a
pesar de que esa aspiración no compromete ninguno de sus intereses
personales.
TODO AQUEL que se sienta enriquecido cuando da;
TODO AQUEL que sabiendo, olvida que sabe;
TODO AQUEL que se sienta capaz de trabajar por los demás; sin
extender enseguida la mano para demandar la recompensa;
TODO AQUEL que crea firmemente que el destino del hombre puede ser
siempre mejor;
TODO AQUEL que se sienta dispuesto a aceptar que el más humilde de
los hombres puede tener algo que enseñarle;
TODO AQUEL que esté llano a aceptar que hay muchas cosas que no sabe,
sin sentirse por ello humillado;
TODO AQUEL que no considere presuntuoso al hombre de menor edad que
ha llegado a aprender más que él y que vea esta situación sin
resentimiento, como el símbolo venturoso de la renovación del
espíritu.
TODO AQUEL que en cualquier edad de la vida se encuentre a sí mismo
apto para escuchar las palabras de rebeldía de los jóvenes, tratando
de comprenderlas en su justo valor de inspiración para la futura
historia humana, sin que la efervescencia de estas palabras lo hagan,
sin embargo, inecuánime para apreciar el mensaje de la vida ya
realizada por los ancianos, ni sordo a las invocaciones conservadoras;
TODO AQUEL que al contacto con el alma y la cultura del hombre se
sienta revitalizado por los impulsos tranquilos de la veneración;
TODO AQUEL que a pesar de las circunstancias personales adversas y de
las amenazas del poder, tenga la firmeza necesaria para mantener
irrevocable el dictamen de la verdad;
TODO AQUEL que en cualquier momento esté listo a tomar el puesto del
discípulo y a mirar el mundo con los ojos del alumno;
TODO AQUEL que quiera aprender incesantemente lo nuevo sin desdeñar
lo antiguo;
TODO AQUEL que al compararse con otros hombres no se sienta ni
humillado ante el superior, ni soberbio ante el más débil.
TODO AQUEL que haga reposar su autoridad en los mayores servicios que
presta a los demás y en el señorío severo con que los valores
gobiernan en su propia tierra interior;
TODO AQUEL que quiere hacer de los demás hombres maestros como él;
Si lo es de veras, cualquier ser humano puede ser un MAESTRO.
Carlos Cueto Fernandini (1952) (*)
(*) ] Carlos Cueto nació en Ica el 16 de setiembre de 1913 y falleció
en Lima el 3 de noviembre de 1968. Su vida personal, desempeño
profesional y obra intelectual han sido a menudo consideradas
ejemplares. Tuvo destacadas contribuciones en los campos de la
poesía, filosofía y educación.