Emanuel Swedenborg: breve nota biográfica de alguien que conversaba con los ángeles
Como parte de sus revelaciones espirituales, Swedenborg aseguraba
tener la capacidad de visitar el cielo y el infierno, hablar con
espíritus, ángeles y demonios.
Lector
atesora esto en ti y después de la muerte, cuando habites en el
espíritu, investiga si todo esto es cierto… y entonces verás.
Emanuel Swedenborg, Conversaciones con los ángeles
“Por Swedenborg, que conversaba con los ángeles en las calles de Londres” es una de las líneas del poema de Borges Otro poema de los dones,
un texto que despierta fácilmente la curiosidad por los personajes,
situaciones y elementos que integran cada una de las líneas que, llenas
de gratitud, lo componen. Así es como conocí por primera vez el nombre
Swedenborg, que inmediatamente llamó mi atención, no sólo por ser
totalmente desconocido, sino por la situación que se describe al
respecto de su personaje: ¿quién es esa persona que conversaba con
ángeles en las calles de Londres?
Un soltero durante toda su vida, Emanuel
Swedberg (su nombre sería posteriormente cambiado a Swedenborg por la
reina sueca para dignificar a su familia) nació en Estocolmo en 1688,
dentro de una familia de mineros adinerados. Al igual que Emanuel, su
padre Jesper Swedberg estudió teología disintiendo del Pietismo,
movimiento luterano extendido en la Europa de su época. Su padre
sostenía que los ángeles y los espíritus estaban presentes en el mundo
de los vivos, creencia que marcó a Emanuel y su pensamiento de por vida.
Así, Emanuel Swedenborg fue científico, inventor, anatomista, minero,
astrónomo e ingeniero. A partir de sus cincuenta años, específicamente
después de una revelación que tuvo durante la Pascua de 1744, comenzó a
dedicar su tiempo y trabajo a las visiones y revelaciones en sueños que
lo acompañaron durante el resto de su vida. Escribió numerosos libros,
tratados y un diario de sueños; su obra escrita que trata cuestiones
referentes a visiones y teorías religiosas suma alrededor de treinta y
dos volúmenes.
Como parte de sus revelaciones
espirituales, Swedenborg habla en varios de sus libros sobre cómo el
Señor le pidió que escribiera una nueva doctrina para reformar la
cristiandad. Según sus escritos, él tenía la capacidad de visitar el
cielo y el infierno, hablar con espíritus, ángeles y demonios. En alguno
de sus escritos sostiene que Dios le dijo que el Juicio Final había
sucedido en el año de 1757. Sostenía que hablar con los espíritus,
ángeles y demonios era peligroso a menos de que la persona tuviera una
fe verdadera y fuera guiada por Dios. Uno de sus libros más conocidos, Heaven and Hell,
describe el mundo que habitan los espíritus después de la muerte.
Swedenborg nunca quiso fundar una nueva iglesia, y sin embargo, pocos
años después de su muerte surgieron numerosos grupos de lectura de sus
textos, especialmente en Inglaterra, derivando en la creación de
iglesias, fundaciones y grupos de estudio que, hasta el día de hoy, leen
la Biblia a luz de los textos escritos por él.
En 1730, a la edad de 42 años, decidió
desarrollar una teoría que fundamentara la relación de la materia y el
espíritu, sosteniendo que el alma poseía una cualidad material. A partir
de todo esto estudió la estructura de la materia y el proceso de la
creación del universo. Dentro de su vasta obra figuran libros que
relacionan los ámbitos más extraños y dispares; un ejemplo es Regnum Animale, que hace una análisis sobre cómo están relacionadas la anatomía y el alma humana u Opera philosophica et mineralis, que habla de relación existente entre la filosofía y la metalurgia. En su tratado Principia, establece su método filosófico, que incorpora la experiencia, la geometría y la razón. Sus libros más conocidos son Conversaciones con los ángeles y su diario de sueños,
en el cual describe de manera detallada lo que veía en sus revelaciones
místicas; este texto estuvo perdido mucho tiempo, hasta que en 1850 se
fue encontrado en la Biblioteca Nacional de Suecia.
Swedenborg es conocido como místico
cristiano por sus extensos textos sobre visiones y revelaciones
espirituales, pero sus trabajos dentro del ámbito de la ciencia son
igualmente extraños e interesantes. Por ejemplo, en algún punto concluyó
que los demás planetas de nuestro Sistema Solar estaban poblados. En su
libro Earths in the Universe, establece que sostuvo
conversaciones con espíritus provenientes de Júpiter, Marte, Mercurio,
Saturno, Venus y la Luna. En 1714 realizó los planos para la
construcción de una máquina voladora
y, como parte de sus estudios sobre la anatomía humana, anticipó el
concepto de la neurona, adelantándose cien años a los primeros estudios
conocidos sobre estas células cerebrales. Estudió la corteza cerebral,
la glándula pituitaria y la organización de las partes del cerebro, así
como la naturaleza del líquido cefalorraquídeo. También delineó una
cosmogonía que muchos creen pudo haber influenciado los trabajos de Kant
sobre el Universo. Durante su vida, Swedenborg también trabajó
intermitentemente como ingeniero y minero para la Junta Sueca de Minas.
Sabía navegar basándose en mediciones del cielo y era capaz de diseñar y
armar relojes.
Emanuel Swedenborg era tartamudo, por lo
que nunca le gustó hablar en público y en algún momento rechazó un
puesto como profesor universitario por esta razón. Sin embargo sí fue
profesor de teología y obispo de Skara, una pequeña población al sur de
Estocolmo. Fue un viajero incansable y dedicó años a recorrer diferentes
ciudades de Europa; vivió cuatro años en Londres, situación de la cual
Borges extrae el pequeño retrato que hace de Swedenborg en su poema.
Durante su época y hasta el día de hoy,
Swedenborg ha sido acusado de loco y de hereje; algunas personas
aseguran que sufría de algún tipo de enfermedad mental, pero sus textos y
teorías son totalmente coherentes y reflejan una lucidez impresionante.
Su interés en el alma y las cuestiones inmateriales y su figura podrían
cobrar gran importancia en el mundo actual: Swedenborg hizo adelantos
en anatomía, escribió sus conversaciones con ángeles y con seres
extraterrestres e influenció a artistas y pensadores notables como
William Blake, Carl Jung, Immanuel Kant, Ralph Waldo Emerson, August
Strindberg y el poeta irlandés W. B. Yates, entre muchos otros. Por
todas estas razones, me resulta curioso e incluso enigmático que en un
mundo como el nuestro, su trabajo y su figura (un loco maravilloso, un
hombre orquesta, una especie de Da Vinci escandinavo) no tengan más
atención y reconocimiento. Sin duda es un mérito de Borges que algunas
personas podamos interesarnos en una figura tan extraña e interesante, a
partir del pequeño verso de uno de sus muchísimos poemas.
Más información sobre la vida y obra de Emanuel Swedenborg puede encontrarse en: Swedenborg Digital Library.
Twitter de la autora: @MissMariaaaa
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