KILOS DE SOLEDAD.
Cuando la soledad llega a nuestras vidas, no viene sola: viene acompañada de tristezas, decepciones, lágrimas, llantos, desánimo ¡y de unos kilos de más en el cuerpo!
No nos dejamos estar, calmamos las tristezas con dulces, que luego, para empeorar las cosas, pasa lo que tiene que pasar.
Tenemos que ser inteligentes, no dejarnos llevar por el desánimo, cuidarnos y mimarnos no dejemos que la soledad nos tenga sufriendo más tiempo del necesario.
Y de repente aquellos pantalones que siempre usaste, comienzan a quedar apretados; unos rollitos insolentes se asoman por la cintura, te sientes incómoda, pesada, inflada. Hace días que no te miras al espejo; que abandonaste la dieta, no haces el ejercicio; no estás conforme contigo misma. Tu cuerpo ha cambiado. Tu vida está cambiando. Pero no lo has notado. Si subes a la báscula, ella arrojará algunos kilos. Pero esos kilos de qué son, muchas veces son de “soledad”. ¿Te sientes identificada? Me refiero a esos kilos que una mujer suma en su cuerpo cuando termina una relación; cuando se refugia en la cama, y el refrigerador se transforma en la compañía perfecta. Cuando el abandono es una constante y la falta de voluntad es una respuesta inevitable.
¿Cuántos kilos de soledad tienes? ¿Cuántos has subido después de tu última decepción? Pareciera que cuando un hombre deja de amarnos, cae el mundo; se terminan todas las posibilidades, y a mano sólo queda un “pote de helado o chocolates”; nos metemos en nuestra propia historia de sufrimiento y nos quedamos ahí espectadoras mirando el corazón roto.
Por supuesto que muchas veces más comemos “desde nuestros estados de ánimo” cuando nos enojamos por algo del trabajo, nos peleamos con alguien, discutimos o sentimos que las cosas “no salen como deberían” y por supuesto también que no todas las “mujeres reacción de la misma manera”; este artículo es para aquellas que muchas veces comen desde la emoción. Y que es comer desde la emoción? Es buscar una satisfacción o un autocastigo a través de los alimentos, que implican en sí mismo, la relación con la vida.
En múltiples oportunidades nuestro cuerpo habla sobre aquellas cosas que no queremos decir nada; sobre la tristeza, la ira, el desamor, el vacío que sentimos, la carga social que pesa sobre nuestras espaldas.
Pero, qué mejor oportunidad que “autoconocerte,” que tomar conciencia de las cosas que te hacen reaccionar, y de la forma que has escogido para comunicarte; y entonces comprender que el abandono de tu pareja, la infidelidad, el maltrato que otros profieren hacia tu persona no es el escenario para que tú te sigas lastimando.
Porque duele que te traicionen o que no te elijan, pero mucho más duele que una misma se traicione o no te elija; mucho más duele que tú misma eleves tus índices de colesterol, azúcar, grasa, triglicéridos porque otro sea el que no te ame.
Los médicos han avanzado en el estudio de los trastornos alimenticios, y se ha destacado el hecho de que cuando los tenemos, en verdad tenemos un trastorno o desorden con la vida; es decir nos sentimos en “caos” y nos refugiamos en los alimentos para darnos el placer que “aparentemente el destino no nos aporta” o bien “para flagelarnos por lo que no logramos”.
Sin embargo, esa conducta lejos de aportarnos una solución, nos acerca un problema; y por lo tanto en lugar de sentir un alivio, la pesadez del alma se hace más densa.
¿Qué hacer para combatir con los kilos de la soledad? Muchas cosas. Podríamos decir desde una excelente terapia asistida por un profesional, hasta terapia de café – con amigas – cuando la situación, sea aún manejable. Y eso lo sabrás a ciencia cierta tú misma.
Por otro lado, podrás comenzar por:
Eliminar alimentos que te engorden o aporten grasa innecesaria a tu cuerpo
Salir a caminar unos 30 minutos por la mañana, conéctate con la brisa, con la vida, con la posibilidad que tienes cada día
Toma mucho líquido, las aguas de fruta son ideales.
Busca productos altos en fibra con sabores agradables; antes que las galletas de chocolate, unos amarantos.
Habla de lo que te sucede, no te lo “tragues”.
Acepta tu presente, no busques que sea diferente
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