Entender la ansiedad
"Cuando empiezo a hablar en público, espero que todo vaya a ir bien, que mi voz suene normal, que mis rodillas no tiemblen y que todo salga correctamente. Pero entonces, mi corazón empieza a latir con fuerza, mi boca se seca, mi voz se vuelve temblorosa y mi mente empieza a estar confusa hasta que me quedo en blanco y no recuerdo ni lo que acabo de decir ni lo que iba a decir después. Pienso que parezco un absoluto idiota".
Cuando una persona siente ansiedad, como en el ejemplo anterior, prácticamente todos los sistemas de su cuerpo se ven afectados.
A nivel fisiológico, aparecen síntomas como taquicardia, boca seca, sudoración o temblores.
A nivel cognitivo, se dan una serie de pensamientos amenazantes.
A nivel motivacional, la persona desea escapar de la situación y estar lo más lejos posible o que se la trague la tierra.
A nivel afectivo, aparece una emoción sumamente desagradable de miedo o terror. Y a nivel comporta mental, se produce una inhibición, como los problemas para hablar que vemos en este ejemplo.
Esta reacción es involuntaria y toma control total de la persona, impidiéndole hacer lo que deseaba hacer (en el ejemplo anterior, hablar en público con normalidad). Y esto sucede precisamente en el momento en que más necesita tener el control de sí misma y ser capaz de funcionar de manera efectiva.