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Pequeña rosa,
rosa pequeña,
a veces diminuta...
desnuda,
parece que en
una mano mía
cabes,
que así voy a cerrarte
y a llevarte a mi boca,
pero de pronto
mis pies tocan tus pies,
y mis labios tu boca,
has crecido,
suben tus hombros
como dos colinas,
tus pechos...
se pasean por mi pecho,
mi brazo alcanza apenas
a rodear la delgada
línea de luna nueva
que tiene tu cintura...
Neruda
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